Tras casi dar por finalizados estos meses de verano podemos concluir, a modo de resumen, que en esta ocasión el calor no ha sido el principal protagonista, nuestro verano ha sido exótico, pero exótico invasor.
¿Por qué ha sido un verano exótico invasor?
Pues bien, que levante la mano quien no haya desayunado, tomado el sol o un refrigerio en un chiringuito con las noticias que nos alertaban de la entrada de la rana toro en el Delta del Ebro, las dos muertes en Galicia por picaduras de avispa asiática, la llegada masiva de las algas invasoras a costas murcianas o el camalote en las aguas del Guadiana. Todas ellas consideradas EEI.
Pero, empecemos por el principio.
¿Qué son las EEI?
Las especies exóticas invasoras (EEI) quedan definidas por la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, como “aquella que se introduce o establece en un ecosistema o hábitat natural o seminatural y que es un agente de cambio y amenaza para la diversidad biológica nativa, ya sea por su comportamiento invasor, o por el riesgo de contaminación genética.”
¿Por qué tanta importancia a las EEI?
Porque después del deterioro de hábitats, se trata de la segunda mayor causa de pérdida de biodiversidad en el mundo. Si esto anterior pareciese insignificante para algunas mentes, la valoración económica anual que se invierte en su control y erradicación desde la Unión Europea se cifra en cerca de los 13.000 millones de euros, ya se va poniendo la cosa más seria.
Pero… Si son animales también, ¿no?
Efectivamente, pero hay que ser conscientes de los daños que generan. Vamos a hacer un pequeño recorrido cronológico para tener una perspectiva del problema.
-INICIO-
Muchas de ellas fueron introducidas por fines paisajísticos (ailanto), uso en acuicultura (cangrejo americano), ornamental (jacinto de agua), con fines recreativos (lucio) o como mascotas (cotorra de Kramer), sin embargo, otras muchas han sido objeto de una introducción accidental, por ejemplo a bordo del casco de los barcos (mejillón cebra).
-DESARROLLO-
Tienen una increíble capacidad reproductiva y sino ojo a los datos: un caracol manzana puede depositar 500 por semana, una hembra de mejillón cebra más de un millón de larvas por temporada y una avispa asiática unos 10.000 individuos por colonia. Pero si a eso se le suma su rápida capacidad de adaptación al medio pues se convierte en lo que hoy día tenemos.
-RESULTADO-
Al final producen es el desplazamiento de las especies autóctonas amenazando a nuestra biodiversidad, poniendo en serio peligro todos los beneficios que obtenemos del actual funcionamiento de nuestros ecosistemas; eso sin entrar en las pérdidas económicas e incluso graves problemas para la salud.
LAS EEI EN LA CALLE
Pese a estar presentes en todos los medios, como decía antes este verano ha sido un tema particularmente activo, de muchas de ellas tenemos una percepción casi familiar que parece que les dota de una antigüedad o unas características especiales, que a menudo hacen que la gente piense que son de aquí. Sí, no nos llevemos las manos a la cabeza, esto sucede. Y para muestra un botón.
A continuación os dejo el cartel que este verano ha inaugurado el Ayuntamiento de Madrid.
Un vistoso y colorido diseño de una campaña de recuperación del entorno del río Manzanares pero que si nos fijamos bien, ¡PREMIO!
Efectivamente, en la esquina inferior izquierda, se puede ver la representación gráfica de una especie que ofrece ciertas dudas con el ganso del Nilo (Alopochen aegyptiaca) especie incluida en el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el catálogo español de especies exóticas invasoras. Si bien es cierto que el dibujo pudiese ser también la representación de la de un tarro canelo, en las páginas de internet y periódicos que hablan de la noticia de la restauración del río Manzanares se puede apreciar en las galerías fotográficas, en incluso en los textos, esta EEI.
Cuidado. Con estas cosas hay que tener cuidado. Cualquier paseante, amante de la naturaleza, etc. ya piensa que el ganso del Nilo es más castizo que “el 8”. Además la imagen que da la Administración, no es buena.
Pero ¿quién no ha entrado en un parque y ha visto entre gorriones unos pajarotes verdes chillones o al menos los ha escuchado? Las cotorras. A la orden del día. Las escuchamos sin parar. Que no nos lleven a engaño, que pese a estar acostumbrados a ellas, son EEI.
Tenemos que incrementar esa conciencia ciudadana, aumentar esa percepción de que se trata de EEI. Y eso está en manos de todos.
¿CÓMO LO HACEMOS?
En primer lugar nos debe quedar claro que según el Art.7 del RD 630/2013 queda prohibida la posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos o muertos, de sus restos o propágulos, incluyendo el comercio exterior de cualquiera de las especies incluidas en el Catálogo. Aunque muchas de ellas sean muy fluffy, ni como mascota.
Luego, existe una Red de Alerta en la que todos los ciudadanos podemos notificar las observaciones de invasoras que realicemos y, de esta manera, contribuir en nuestra medida.
De igual modo, se van creando mapas de avistamientos, como este que os dejo, con los que podéis colaborar con observaciones de avispa asiática a nivel nacional.
No en vano, son muchas las estrategias nacionales elaboradas junto con las CCAA. En este enlace podéis encontrar todos los planes y estrategias del Ministerio de Transición Ecológica orientados en esta línea de trabajo.
En fin, hay mucho por hacer y la ingeniería parece también estar aportando su granito de arena, puesto que ya se escuchan los primeros robots cuyo objetivo será utilizar esa inteligencia artificial en el control de las especies invasoras en el mar.
Curso de Gestión Forestal para la Conservación de la Biodiversidad
¿Quieres comentarnos algo? Adelante!