Hoy os vengo a hablar de los dos animales emblemáticos de las cordilleras cantábricas y pirenaicas, urogallo y oso. Como muchos ya sabréis, mientras que las poblaciones de oso no dejan de crecer en tamaño y además se ven en nuevos sitios, las poblaciones de urogallo han sufrido un importante proceso regresivo.

Y es curioso, porque los factores que favorecen a uno son los que parecen perjudicar al otro. Estudios recientes parecen indicar que el urogallo se ve perjudicado por la presencia de ganado (o caza mayor) en el interior del bosque (al menos a corto plazo, pues compiten con él por el arándano, aunque a largo conseguirían mantener hábitats más abiertos).
Mientras, el oso consume carroñas de los grandes ungulados, de forma que su presencia le favorece.
Los cambios en el hábitat también son una causa de las dinámicas. Mientras que parece que el urogallo es una especie forestal asociada a los pinos y que quedó en la Cantábrica incluso cuando el hombre hubo casi acabado con los pinos (esta eliminación es un hecho demostrado recientemente, mientras que la asociación de urogallos y pinos en la Cantábrica causa cierta polémica), la presencia de fagáceas favorece a los osos, pues las emplean durante la fase de hiperfagia (en el otoño, cuando deben acumular reservas para casi llegar hasta la primavera). En la actualidad han aumentado las citas de urogallo en la zona sur de su distribución, las Omañas, entre bosques de pinos y de melojo (lo que da lugar a nuevos conflictos, en este caso por la presencia de infraestructuras que fragmentan el hábitat). Esto da ciertas esperanzas, pues en el NW (Alto Sil-Muniellos-Narcea), la mejor zona de la Cantábrica, las poblaciones no son muy boyantes.
Pero también tienen amenazas comunes. Ambas especies se ven afectadas por las molestias, como no podría ser de otra manera. A lo largo del año, podemos encontrar en el monte (de forma no exhaustiva y no reiterativa): seteros (en primavera, pero también en otoño), excursionistas,

Para terminar os diré que no todo son amenazas para estas dos especies, también hay aspectos que benefician a ambos como la continuidad del medio forestal y la apicultura. La primera permite desplazamientos más seguros, mayor intercambio genético y más cantidad de hábitat con una calidad potencial elevada. Por su parte, la apicultura ayuda a la floración de las arandaneras, aunque no sean los polinizadores fundamentales. La presencia de colmenares supone una importante ayuda para el oso en el inicio de la primavera, puesto que consumen las proteínas de las cámaras de cría y algo de glúcidos con la miel.
Como veis en la gestión de fauna hay que tener en cuenta infinidad de factores y como interactuan entre ellos, además conviene tener en cuenta la relación entre las especies, puesto que lo que favorece la gestión de una puede ser negativo para la conservación de otra.
Autor: Dr. Francisco Guil Celada.
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