La alarma suscitada por el Cambio Climático causado por las emisiones de gases de efecto invernadero ha llevado a muchas compañías dedicadas a producir medios de transporte a tener que agudizar su ingenio y buscar soluciones que permitan satisfacer al consumidor y al mismo tiempo respetar el medio ambiente.
En la actualidad, por nuestras calles es habitual encontrar vehículos eléctricos o que se mueven con otro tipo de energía distinta a la generada por los combustibles fósiles. Esto indica que la gente está concienciada del problema y dentro de sus posibilidades intentan contribuir para disminuir las emisiones de gases contaminantes.
Aunque el mejor modo para no contaminar sería evitar los desplazamientos pero como se trata de algo imposible, muchas ciudades optan por introducir medidas para regular el tráfico y de este modo disminuir las emisiones, aumentan el número de zonas verdes o invierten en transportes públicos ecológicos.
Entre los últimos avances en transportes ecológicos destaca el Coradia iLint, un tren impulsado con pilas de hidrógeno que entrará en funcionamiento en Alemania. Este tren no tiene emisiones contaminantes y sólo produce vapor y agua condensada como productos residuales de la producción de energía. El tren tiene una capacidad para 300 pasajeros, puede alcanzar velocidades de hasta 140 Km/h y posee una autonomía de 800 km. Otro punto a su favor es que no emite ningún tipo de ruido.

Ahora nos vamos al agua para hablar de Eoseas, se trata del primer crucero ecológico impulsado a vela. El Eoseas cuenta con 205 metros de eslora, 105.000 toneladas de peso y puede albergar a 3.311 pasajeros y 1.089 tripulantes.

En la cubierta se han posicionado cinco mástiles con unas gigantescas velas para aprovechar la fuerza del viento e impulsar la gran estructura. Cuando el viento no sople la embarcación cuenta con un sistema de propulsión alimentado por Gas Natural Licuado.
El Eoseas tiene un innovador sistema para recuperar el calor, reutilizar el agua y reciclar los deshechos reduciendo la producción de residuos y pudiendo disminuir el consumo a la mitad en comparación con otros cruceros del mismo tamaño. Además de reducir considerablemente la emisión de gases de efecto invernadero.
Por último, nos quedan los aviones que a pesar de los numerosos avances tecnológicos que han sufrido como la disminución del consumo de combustible y la contaminación acústica como es el caso de Boeing 787 Dreamliner todavía no se ha encontrado un combustible capaz de poner en movimiento un avión y sin producir emisiones.
Es alentador ver todos estos nuevos avances en el sector del transporte poco a poco irán entrando a formar parte de nuestro día a día y permitirán reducir las emisiones y alcanzar el objetivo de emisión cero para el 2050.
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