España muestra las pocas medidas que la Unión Europea afronta para combatir el tráfico ilegal de vida silvestre, según expresó la ONG Eagle Network durante la segunda Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA-2), que se llevó a cabo en Nairobi, Kenia.

El tráfico de flora y fauna se encuentra entre las principales amenazas a las especies, y éste fue uno de los principales temas que se abordaron durante la UNEA-2 (por sus siglas en inglés).
El resultado de esta segunda Asamblea – que representa el órgano decisorio de más alto nivel del mundo en materia medio ambiente – fue la aprobación de diversas resoluciones que instan, en materia de tráfico ilegal de vida silvestre, a Estados Miembros a adoptar nuevas medidas a nivel nacional y la cooperación regional e internacional para prevenir, combatir y eliminar el suministro, el tránsito y la demanda relacionada con el tráfico ilegal de vida silvestre y sus productos y a la aplicación de estrategias y planes de acción; a su vez, se puso en marcha una campaña (#FerozporlaVida) para involucrar a millones de personas en la problemática que pone en peligro el patrimonio natural y enriquece las redes criminales internacionales.

España muestra lo poco que hace la Unión Europea contra el tráfico de animales
El portal EFE Verde ha publicado hace pocas semanas las declaraciones de la ONG Eagle Network, en las que afirmaban que España da a conocer “lo poco que hace la UE contra el tráfico de animales”. Ofir Drori, director del grupo ecologista, ha señalado durante la segunda jornada del encuentro celebrado en Nairobi que “el cumplimiento de la ley (contra este tráfico ilegal) en Europa es un desastre, está mucho más lejos de hacerlo que cualquier otro país de África. Y España es un buen ejemplo de ello”.
La organización sostiene que los países de la UE, donde la demanda de animales silvestres y sus productos es elevada, “están abordando el crimen organizado de flora y fauna peor que ningún otro”. La red activista ha denunciado que simios de especies amenazadas – valorados en “millones de dólares” – fueron importados a España sin que se tomara ninguna medida en contra de los responsables.
Tráfico ilegal de vida silvestre: situación alrededor del mundo
Eagle Network agrega que Latinoamérica, por el contrario, “está haciendo mucho más de lo que se está haciendo en Europa ahora mismo”. Brasil, por ejemplo, destaca por su buena labor en contra de los traficantes de su rica biodiversidad, que al igual que en resto de Latinoamérica se centra en el negocio de especies endémicas de pájaros y reptiles.
Responsables de la ONU, autoridades kenianas y otras ONG apostaron por incidir tanto en los furtivos como en la demanda de sus presas para terminar con el tráfico ilegal a escala global. Así, Ibrahim Thiaw, director adjunto del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), advirtió que “mientras en algunos países se sienta que tener un trozo de marfil da estatus, mientras la demanda esté ahí, no parará” y considera que “la mejor forma de dar caza a los ‘peces gordos’” es que Naciones Unidas imponga sanciones a los países donde operan.
Según CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), acuerdo entre gobiernos que tiene por finalidad velar que el comercio internacional de especímenes silvestres no constituya una amenaza para su supervivencia, se estima que “anualmente el comercio internacional de vida silvestre se eleva a miles de millones de dólares y afecta a cientos de millones de especímenes de animales y plantas.
El comercio es muy diverso, desde los animales y plantas vivas hasta una vasta gama de productos de vida silvestre derivados de los mismos, como los productos alimentarios, los artículos de cuero de animales exóticos, los instrumentos musicales fabricados con madera, la madera, los artículos de recuerdo para los turistas y las medicinas. Los niveles de explotación de algunos animales y plantas son elevados y su comercio, junto con otros factores, como la destrucción del hábitat, es capaz de mermar considerablemente sus poblaciones e incluso hacer que algunas especies estén al borde de la extinción”, explica CITES en su sitio Web.
El tráfico ilegal de vida silvestre ha asesinado sólo entre 2010 y 2012, a 100.000 elefantes por su marfil en África.
Fuentes: EFE, PNUMA, El Mundo
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