En política está de moda ser independiente. Apañárselas sin pedir prestado a los bancos es lo que se lleva. Parece que los políticos van comprendiendo que sus voluntades no pueden estar secuestradas por el poderoso caballero.
Pero esta moda aún no parece alcanzar a las cumbres de cambio climático, esas reuniones sobre las que todos nos preguntamos para qué rayos sirven. La de Madrid ha sido la número 25. Según la comunidad científica y las Naciones Unidas, en 15 meses comenzará el armagedón. Aún con las energías puestas en la Cumbre de Madrid, no han sido suficientes para que recortemos la previsión en unos meses.
La COP25 de Madrid ha estado reuniendo patrocinadores. Para que lo entendáis mejor, el Ayuntamiento de Madrid no quiere gastarse demasiado en este marrón que le ha caído del cielo (La Cumbre se iba a celebrar en Chile, pero parece que el “clima” por aquellas latitudes no es el mejor), así que busca mecenas dispuestos a invertir en un poquito de greenwashing.

Y mire usted por donde (ojo, no es información del Mundo Today), según investigaciones, Endesa e Iberdrola aportarán 2 millones cada una en concepto de patrocinio. Pronto llegarán las aportaciones generosas de Santander y Sabadell (los bancos, no las ciudades…). Seguramente extraídas de la hucha del rescate bancario pagado por todos nosotros. Pero esa es otra historia. Centrémonos ahora en las eléctricas.
Endesa emitió en 2018 un total de 28,67 toneladas de CO2 equivalente; Iberdrola 3,91. Endesa ocupó el primer puesto del ranking de empresas españolas más contaminantes. Iberdrola el séptimo.
Pues sí, de los creadores de Coca Cola patrocinando la nutrición y el deporte, ahora nos llega Endesa e Iberdrola patrocinando la lucha contra el cambio climático. Y todos tan contentos.
Con los 86 millones que ha invertido el Ejecutivo en el evento bien se podrían haber desarrollado campañas de sensibilización e información escolar y ciudadana, o incluso acometer parte de las medidas más que superguay en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. Sin embargo, se ha preferido pagar hoteles de lujo a los compungidísimos emisarios de los países asistentes para así poder presumir de lo chachis que somos los españoles y lo bien que organizamos las cosas.
Señores políticos, no os necesitamos, ya nos encargaremos nosotros. Los ciudadanos no queremos lobbies feroces ni cuentos de hadas. Como afirmaba Greta Thunberg en la COP24: “El poder real pertenece al pueblo”.
Autor: Dr. José Liétor Gallego
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