En el ámbito de los Sistemas de Información Geográfica entendemos al álgebra de mapas como el conjunto de análisis o geoprocesos que se desarrollan sobre varias capas para obtener información derivada. Gracias a la explotación de las capas iniciales podemos conseguir nueva cartografía secundaria generada a partir de la combinación de las capas iniciales.
Aunque habitualmente asociemos el concepto de álgebra de mapas a una base puramente ráster, este concepto abarca tanto procedimientos vectoriales como raster. Bien es cierto que la naturaleza de los archivos ráster hace que la aplicación del álgebra de mapas sea más coherente al poder disponer de un formato de archivo regular basado en celdas homogéneas y comparables/combinables entre sí. La herramienta principal que desempeña esta función es la calculadora ráster.
¿Cómo funciona el álgebra de mapas?
El álgebra de mapas es utilizado habitualmente para combinar diferentes capas o variables territoriales para obtener mapas alternativos de información vinculada a una aptitud o aspecto concreto del territorio. De esta forma podemos aplicar el álgebra de mapas, por ejemplo, a la combinación de cartografía de pendientes, vegetación, zonas protegidas y densidad poblacional para terminar obteniendo una nueva capa que nos muestre las zonas más apropiadas para localizar una granja de explotación porcina.

Otra aplicación puede ser la localización de zonas aptas para las especies. Combinando cartografía climática, valores de altitud, vegetación o proximidad a masas de agua podremos conseguir localizar las zonas más apropiadas para identificar ambientes terrestres donde reintroducir a una especie según sus criterios ecológicos. Con ayuda de la simbología podremos discriminar las zonas más aptas de las menos aptas.

¿Es el álgebra de mapas tan fácil como parece?
Aunque parezca sencillo, la esencia del álgebra de mapas radica precisamente en la construcción de capas ráster iniciales que puedan ser empleadas para estos análisis. Si no tenemos capacidad para fabricar nuestra cartografía inicial, nunca podremos combinar estas variables de manera eficaz o correcta. Estas capacidades nos permiten generar cartografía ráster de base gracias al control de procesos como:
- Interpolación de datos vectoriales para generar datos ráster
- Transformación de archivos vectoriales en ráster
- Reclasificación de archivos ráster
- Redimensionamiento de resoluciones de archivos ráster
- Recorte y edición de archivos ráster
El control de los archivos ráster de base es fundamental para el álgebra de mapas pues no podremos mezclar archivos vectoriales con ráster de manera aleatoria y con especificaciones de resolución o naturaleza vectorial (puntos, líneas y polígonos) arbitrarias. Un ejemplo de la necesidad de control de estas capas podremos verlo desde el punto de vista de resolución de píxel. En un procedimiento de álgebra de mapas donde varias capas ráster muestran diferente resolución hará que unos datos estén sobrevalorados o infravalorados debido a la unidad mínima de información. Nuestros resultados no mostrarán una precisión adecuada pudiendo llevarnos a falsas interpretaciones.

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