Desde la Unión Europea se ha incoado a los estados miembros para que desarrollen una propuesta de los límites de emisiones para las plantas térmicas de carbón, principal causa del cambio climático en Europa, para este mes.
El comité español encargado de realizar dicha propuesta esta compuesto por 12 miembros de los cuales 8 pertenecen a compañías de dicho sector como Gas Natural Fenosa, Iberdrola y Endesa, el resto de los participantes provienen de la administración pública y de la universidad.

Desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se normaliza esta situación afirmando que es normal la presencia empresas energéticas dentro de este comité, puesto que resultan de ayuda a la hora de tomar decisiones. En el otro lado se encuentran las asociaciones ambientales totalmente en contra de esta presencia mayoritaria de las empresas energéticas ya que sólo velaran por sus intereses y no por los del medio ambiente.
El caso de España, si bien es el más llamativo, recordemos que de 12 miembros 8 pertenecen al sector energético, no es el único país donde se da esta situación, existen otros ejemplos como el de Reino Unido (con cinco miembros de la industria como E.ON y Stanlow, una refinería de petróleo, en el comité formado por nueve personas) y Grecia, donde los siete miembros del órgano pertenecen a empresas interesadas: Public Power Corporation y Hellenic Petroleum.
Pese a la defensa a ultranza que se hace de esta situación desde le MAGRAMA, resulta cuanto menos irónico que el regulador sea también el regulado, es decir, que sean las propias eléctricas las que hacen las normas para regular sus propias industrias. ¿Que podemos esperar si los que van a definir los límites de emisiones son los mismos que las generan?
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