Las presas y azudes son estructuras que contienen el cauce de un río. Es decir, son obstáculos fluviales que intervienen el funcionamiento de los ríos y, en consecuencia, a la biodiversidad asociada. Por eso, una gran cantidad de organizaciones plantean su demolición.

Obstáculos en los ríos
Las funciones de las infraestructuras hidráulicas son diversas. Pueden almacenar agua, regular caudales, retener sedimentos y proporcionar protección, entre otros.

Diques, presas y azudes son los nombres de los obstáculos en los ríos. En este artículo, nos centraremos en las presas y azudes.
Por un lado, las presas almacenan agua. Al tener su altura a una distancia considerable con respecto al cauce, el agua no las rebasa y forman un embalse tras de sí. Por su parte, los azudes retienen agua pero no la almacenan, debido a que el agua rebosa por la parte superior. Además, estos últimos son obras más pequeñas.
Impacto de las presas y azudes
Según el informe “Liberando ríos” de la ONG WWF, las presas y azudes “alteran los ecosistemas fluviales y ribereños”. Lo que sucede no es solo en el tramo afectado por la regulación, sino de forma global.
Entre las alteraciones podemos mencionar:
- la modificación de la dinámica geomorfológica del río, porque altera el proceso natural de erosión y transporte de sedimentos y del régimen de caudales de río (cantidad de agua circundante).
- la calidad del agua
- efectos en el paisaje
- interrupción de las vías naturales por los que se desplaza la fauna y flora. Por este motivo, son barreras al movimiento longitudinal de especies que necesitan la continuidad fluvial para su desarrollo, alimentación y reproducción.
En este último caso, están entre los más afectados los peces migratorios, que realizan grandes viajes para reproducirse. Las presas y azudes se interponen en su camino, por lo que no pueden llegar a cumplir este ciclo.
Medidas
Las razones mencionadas anteriormente son motivo para que muchas organizaciones soliciten a los gobiernos un incremento de los esfuerzos para demoler presas y azudes antiguos y obsoletos.
Con estas medidas, se podrá recuperar la salud de los ríos y las especies que allí habitan. Así, se mantendrán los bienes y servicios ecosistémicos de estos ambientes.
En España
Según el proyecto europeo AMBER, en el país hay un obstáculo artificial por cada kilómetro de río.
Además, entre los ríos que estudiaron el 17% de las presas no estaban en funcionamiento. Tan solo el 2% disponía de escalas para permitir el paso de los peces.
Eva Hernández, responsable de Aguas y Agricultura de WWF España manifestó que “el Gobierno español debe comprometerse a cumplir las obligaciones legales que establece la Directiva Marco del Agua, la ley que establece la protección de ríos, humedales y acuíferos como seguro para tener agua en cantidad y calidad”.
En este sentido, en muchas regiones se han demolido presas y azudes para recuperar los ríos. La mayor obra de demolición de presas en España es la de Yecla de Yeltes, realizada por la Confederación Hidrográfica del duero.
Cabe destacar, para finalizar, que las soluciones más económicas suelen ser las demoliciones de los azudes, como en el caso de Guipúzcoa y Galicia, donde ya se han desmantelado algunos.

Fuentes: WWF / Ecoticias
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