El aeropuerto de Castellón podría ser utilizado como hangar de nanosatélites. Un grupo de científicos e ingenieros ha creado en Barcelona la compañía Celestia Aerospace para desarrollar y lanzar al espacio satélites de bajo peso.
Esta compañía fabricará nanosatélites adaptados a la necesidad de cada cliente, siendo éstos de pequeñas dimensiones, de entre 1 a 10 kilos, con forma cúbica y con un coste aproximado de unos 50.000 euros cada satélite.
Castellón compite con Teruel y Lleida como posible base aérea, no para lanzamiento de los nanosatélites, sino como instalación en la que se ubicaría el hangar de integración del nanosatélite a su sistema de lanzamiento.
Para la puesta en órbita de estos nanosatélites -el primer vuelo no se produciría hasta 2016- se utilizaría sistema de lanzamiento Sagitarious (SALS), consistente en una plataforma aero-transportada con capacidad para alcanzar órbitas de hasta 600 kilómetros de altura con dos componentes: el Arquero, un reactor supersónico desmilitarizado del tipo MIG-29UB; y la Flecha Espacial, un cohete basado en un misil modificado, con dos configuraciones de carga: la de matriz simple capaz de llevar a órbita cuatro satélites, y la de matriz compuesta, con capacidad para 16. Así, se podrán poner en órbita un máximo de 16 nanosatélites en una única operación.

Además, el Arquero se ofrecerá también como plataforma para la realización de vuelos turísticos a cualquier persona interesada que desee disfrutar de las vistas de la Tierra desde una altura de más de 20 kilómetros, desde donde ya es apreciable la curvatura de la Tierra.
¿Qué es un Nanosatélites?
Los Cubesat o nanosatélites, son pequeños satélites cúbicos de 10 cm de lado, y con una masa de 1 kg. Todo el diseño de los sistemas de estos satélites están disponibles online, es decir, quien lo desee puede tener su propio programa espacial.
La tecnología modular del Cubesat o nanosatélite permite construir satélites más grandes, ampliando las capacidades de la unidad básica.
El costo aproximado de este bloque es de unos 50.000 dólares americanos, lo que hace que la tecnología Cubesat sea accesible a muchos centros de investigación, empresas y centros educativos de todo el mundo.
Cuando están completamente armados y cargados con combustible, estos nanosatélites pesan sólo unos 22 kg , mientras que un satélite grande puede pesar unos 1500 kg (aproximadamente el peso de un automóvil pequeño).
Como es lógico los vehículos espaciales más grandes, debido a su volumen y peso, son más difíciles de lanzar al espacio.

El uso de satélites más pequeños brinda a la NASA una mayor flexibilidad para explorar los tipos de cohetes y diferentes métodos de lanzamiento a usar. Gracias a su pequeño tamaño, los nanosatélites caben debajo de un vehículo más grande y pueden ser lanzados desde el mismo cohete hacia la misma órbita.
Una vez puestos en servicio, los nanosatélites volarán en varios puntos dentro de la magnetosfera, que es la región que rodea a nuestro planeta .
Estos pequeños satélites irán incorporados con unos magnetómetros que medirán las partículas energéticas de la magnetosfera y sus datos serán enviados a científicos en tierra para su análisis. Los datos obtenidos contribuirán a determinar los niveles de radiación ambiental y la respuesta a la radiación que tienen este tipo de vehículos.
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