Defender el planeta es importante y necesario frente a las circunstancias ambientales – y las consecuencias sociales – que estamos atravesando. Sin embargo, según información que se ha dado a conocer, en 2017 murieron casi 200 personas involucradas en defender el planeta y los derechos humanos. Quiénes fueron algunas de estas personas y por qué es necesaria la unión para defender el planeta, dejar de devastarlo y luchar por un ambiente sano para nosotros y las generaciones futuras.
Los informes de Global Witness
La organización internacional Global Witness trabaja hace más de veinte años en informes y campañas que denuncian públicamente los conflictos y la corrupción vinculada a los recursos naturales. También publican las violaciones a los derechos ambientales y humanos relacionados con ello.
El trabajo de Global Witness ha revelado, según manifiestan en su Web oficial, que la abundancia de recursos naturales, en lugar de beneficiar a los ciudadanos del país “puede fomentar la corrupción, desestabilizar gobiernos y provocar guerras”. Esto parece suceder especialmente en Latinoamérica, donde han ocurrido la mayor parte de los asesinatos a ambientalistas durante los últimos años.
Qué ocurrió por defender el planeta en 2017
El pasado 2 de febrero Global Witness, junto con The Guardian, publicaron un informe que reveló que 197 personas fueron asesinadas en 2017. Ellos habían denunciado prácticas corruptas e injustas que permitieron que gobiernos y empresas roben tierras y dañen el medio ambiente.
Los sectores involucrados en las muertes
En la noticia se afirma que “la agroindustria ha sobrepasado a la minería como el negocio más vinculado al asesinato de activistas…A su vez, la defensa de parques nacionales continúa siendo uno de los trabajos más peligrosos del mundo, con 21 asesinatos registrados vinculados con la caza ilegal”.
Dónde ocurrieron algunos asesinatos
Lugares en el mundo como Latinoamérica o África albergan gran biodiversidad, paisajes hermosos y gente sumamente amable y cálida. Lamentablemente, este lado de las cosas no es siempre lo más promocionado, como sí lo es la violencia.
Tal vez por esa belleza de sus lugares y su gente y el aprovechamiento de los grandes poderes y países capitalistas es que se encuentren los más fervientes luchadores.
Nombres para recordar e inspirarse
En Colombia, por ejemplo, Jakeline Romero lidera la organización Fuerza de Mujeres de Wayúu, en la Guajira. Este departamento tiene uno de los paisajes más impresionantes de Sudamérica (donde se combinan el desierto con el mar), y es cada vez más renombrado como sitio turístico. Sin embargo, Fuerza de Mujeres de Wayúu denuncia el impacto devastador de las minas de carbón sobre sus tierras, además de los desalojos producidos por la construcción de la mina, impuesta sin su consentimiento.

Un caso similar es el de Emilsen Manyoma, quien murió por criticar a las empresas que forzaban a la gente a abandonar sus tierras. Emilsen lideraba la organización Comunidades Construyendo Paz en los Territorios (Conpaz) y documentaba asesinatos y desapariciones forzadas. Ella y su pareja, Joe Javier Rodallega, perdieron la vida en 2017 en un “ataque dirigido y mortal”.
Isidro Balenegro López fue ganador del Premio Goldman del medio ambiente. Isidro fue un activista mexicano que denunciaba la tala ilegal en público, y lo asesinaron a principios del año pasado.
En África oriental, específicamente en Tanzania, Wayne Lotter luchaba contra la comercialización del marfil. Aunque reportó numerosas amenazas, le dispararon en agosto de 2017.
La importancia de la unión para defender el planeta
A pesar de las historias que culminan en muertes, debemos enfocarnos en la lucha: personas que se han enfrentado y se enfrentan a los grandes poderes empresariales y de gobierno para luchar por un ambiente sano, algo que todos necesitamos sin lugar a dudas.
Global Witness sostiene que “a medida que la comunidad internacional se posiciona y escucha estas historias ocultas, se ejerce más presión sobre empresas e inversionistas para que asuman una mayor responsabilidad”.
Recordemos que dependemos de los recursos naturales para subsistir. Tampoco debe olvidarse que hay comunidades que viven en estos lugares tan asombrosos y a la vez tan codiciados para ser devastados en beneficio de unos pocos.
Para finalizar, y en relación con lo anterior, cabe destacar las palabras de Jakeline: “Nuestro mensaje va hacia ustedes, para que puedan hacer acciones, no importa que sean acciones mínimas, acciones frente a sus gobiernos, acciones frente a sus embajadas, acciones frente a sus congresistas…Para que sus países, así como se invierte para sacar y para comprar recursos naturales, también puedan mirar mucho antes qué afectaciones están ocasionando a estas zonas donde se está invirtiendo para extraer estos recursos. Que ustedes puedan incidir ante las políticas de sus países para que esto se pueda revisar. Así estarían aportando a que no se sigan violentando nuestros derechos humanos…”
Fuentes consultadas: Global Witness / esferaviva.org
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