Que los sectores que no sepan adaptarse a un mundo cada vez más tecnológico y cambiante están destinados a caer en el olvido no es ninguna novedad. ¿Quién no ha salido a campo con su cuaderno tipo A6, con las esquinas reviradas, repleto de ideas que, finalmente, se ven desprotagonizadas por otras que ocupan las siguientes páginas? Hoy día, nuestra herramienta de bolsillo, por fin tiene el merecido hueco que lleva años demandando.
Empecemos las presentaciones.
Cuaderno, te presento a la Ciencia Ciudadana. Ciencia ciudadana, mi cuaderno.
Dicho en pocas palabras, esta nueva forma de investigación nos permite a científicos, profesionales o aficionados participar activamente en proyectos desde índole local, hasta cruzar fronteras y compartir nuestras observaciones y opiniones con otros naturalistas a nivel mundial. Bajo un objetivo común, todos contamos.
El Libro Verde de la Ciencia Ciudadana de la Comisión Europea la define como «el compromiso del público general en actividades de investigación científica; (…) cuando los ciudadanos contribuyen activamente a la ciencia con su esfuerzo intelectual o dando soporte al conocimiento con sus herramientas o recursos”. De esta forma, no sólo se consigue aumentar de forma exponencial los esfuerzos de observación, sino también mejorar las interacciones entre la sociedad y la ciencia.
Los proyectos en los que podemos colaborar son tan variados como podamos imaginar, desde astrofísica hasta neurociencia pasando por el mundo natural, donde hacemos nuestra parada.
Para los amantes de la ornitología es obligada nuestra participación en los diferentes proyectos que tiene SEO/Birdlife. Además, ya no es excusa no poder escaparnos de la ciudad tanto como nos gustaría, para nosotros también tienen su propuesta, sino que se lo digan al proyecto SACRE Urbano, el primer seguimiento de aves urbanas a través del cual se pretende obtener la progresión de calidad de vida en la urbes, empleando estas poblaciones como indicadores ambientales. Palomas, gorriones, mirlos, carboneros… píen fuerte que su canto será la señal que nos cuente cómo será nuestro futuro.
Con el objetivo similar de crear modelos de simulación nace Alerta Forestal. Nuestros datos observados sobre efectos de sequía, vendavales, nevadas e incluso procesionaria permitirán la elaboración de mapas de predicción acerca de la salud futura de los bosques.
Por su originalidad, merece mención la app Planttes, otra plataforma de ciencia ciudadana en la que podemos participar cada vez que encontremos olivos, cipreses o plátanos de sombra, entre otras especies alergénicas, capturando su ubicación e indicando su estado fenológico. De esta forma se proporcionan mapas de alergías que recogen toda esa información recibida.
Con más de 8 millones de observaciones a nivel mundial destaca iNaturalist. En ella podemos descubrir cuáles son los proyectos que se están llevando a cabo en nuestro entorno, contribuir por categorías o acceder a guías realizadas por entidades científicas. Basta con descargar su app y se nos abre un mundo de naturaleza ante nuestros ojos.
Finalmente, y simplemente a modo de exposición, puesto que a corto plazo será objeto de un artículo dedicado exclusivamente a ella, quiero presentar Zooniverse. Ya comentaremos más detalles.
Como se puede ver, cada gusto encuentra su proyecto. Así que, digitalicemos nuestras notas de campo. Nuestra contribución suma.
Autora :Marisa Pérez Fernández.
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