Un estudio desarrollado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y del CREAF(Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales) revela que las sequías originadas por el cambio climático están afectando a la composición microbiana de los suelo, modificando el ciclo del carbono dentro de estos produciéndose más emisiones de CO2 a la atmósfera.

Fuente: Biodiversidad en España. Base de la sostenibilidad ante el cambio global
En los últimos años se ha podido comprobar el deterioro que sufren los bosques en la Península Ibérica como consecuencia del periodo de sequía que vienen sufriendo. Los árboles presentan una grave defoliación y ha aumentado el número de ejemplares tanto de árboles como de matorrales que acaban pereciendo.
Este estudio se ha centrado en el caso concreto que ocurrió en Doñana durante la sequía de 2005 que afectó a los microorganismos del suelo y que tuvo como consecuencia la defoliación masiva de la vegetación, sobre todo del sabinar y del matorral. Para ello se analizó el ADN extraído del suelo en los tres ambientes objeto de estudio el sabinar, el matorral y el pasto, para estudiar la relación entre la diversidad de la vegetación y la presencia de bacterias y hongos en el suelo.
Durante la sequía el 2005 la defoliación que sufrieron las sabinas, además de un cambio en la vegetación ya que las especies herbáceas ocuparon el sitio de las sabinas muertas,originó un aumento de la cantidad de hojarasca en el suelo que modificó la biodiversidad microbiana presente en este, que se tradujo en un aumento de la presencia de bacterias en el suelo y una disminución de la cantidad de hongos en el suelo.
Las bacterias tiene un reciclado de los nutrientes más rápido que el de los hongos y que genera más CO2, por lo tanto esta variación en la cantidad de bacterias presentes en el suelo genera mayores concentraciones de CO2 que se emiten a la atmósfera.
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