¿Quién no ha oído hablar recientemente sobre drones y sus aplicaciones? La adquisición de estos aparatos para su uso civil y aplicaciones en la teledetección ha revolucionado en gran medida los Sistemas de Información Geográfica reduciendo el coste en la adquisición de datos de campo.
El desarrollo de estos vehículos aéreos no tripulados ha puesto millones de ejemplares y modelos a disposición de usuarios a precios accesibles como “geek” de ocio. No debemos olvidar que, estos aparatos, no dejan de ser vehículos aéreos no tripulados y se encuentran regulados por ley, debiendo prestar atención a premisas tan importantes como disponer de licencias acreditadas por AESA, no realizar vuelos en espacios abiertos públicos o tener que señalizar la zona de vuelo.
Las principales aplicaciones que actualmente vinculamos con los RPA vienen de la mano del estudio del territorio para obtener imágenes satélites o modelos digitales de elevación. Sin embargo, estas pequeñas aeronaves pueden hacer más cosas por nosotros y en ocasiones desconocemos sus raras aplicaciones.
La tecnología de los drones ha llegado al campo forense. Gracias a la cartografía de los vuelos realizados por nuestras aeronaves podemos obtener imágenes de una zona en la que ha ocurrido un siniestro o un asesinato. Modelizando los datos podemos recrear el escenario en 3D con el fin de reconstruir los hechos y simular lo que ocurrió en un crimen.
El campo sanitario también se ha involucrado en la aplicación de drones a la sanidad habiendo desarrollado dispositivos dotados de desfibriladores semiautomáticos que pueden ser enviados a lugares próximos donde un paciente sufra una parada cardiorespiratoria. Una versión más compleja soporta la tecnología de los drones a modo de ambulancias no tripuladas. En este caso, un dron de mayor tamaño y peso podría actuar como sencilla avioneta desplazando al paciente al centro sanitario más próximo.
El acceso a zonas remotas es otra de las aplicaciones en activo. El acceso de estas pequeñas aeronaves a zonas devastadas por tsunamis, terremotos o incendios permite una mayor rapidez en el acceso a zonas inaccesibles así como la búsqueda de posibles víctimas. Gracias a ello puede evaluarse el territorio, previamente a su acceso, y planificar las formas de acceso y medidas preventivas a tener en cuenta. En desastres como los ocurridos en Haití, Nepal o Fukushima se ha empleado esta tecnología para evaluar desde el cielo las repercusiones y el impacto de los accidentes sufridos. Un vídeo que habla por sí solo, a vista de pájaro con drones, puede ser el siguiente donde se observa el estado de Nepal tras la reciente catástrofe.
La explotación de los datos de emisión de los objetos situados en la superficie del territorio es otra de las aplicaciones disponibles para estas tecnologías. Los cuerpos físicos presentan unas longitudes de onda de emisión que, captadas por los sensores de los vehículos aéreos no tripulados nos permiten identificar en el territorio datos ambientales tan importantes como la presencia de plagas o enfermedades en las masas vegetales o cualquier otra información vinculada a los usos del suelo (hidrología, temperatura…). El tratamiento de imágenes RGB con ayuda de drones ayuda a no tener que recurrir al uso de satélites pudiendo acotar las zonas de trabajo.
Los sensores de estos dispositivos tienen grandes ventajas a la hora de velar por la seguridad de la ciudadanía. Una cámara visualizando desde el cielo aquello que hacemos puede suponer un conflicto entre defensores de la vigilancia policial para reducir conflictos sociales y defensores de la intimidad y privacidad del ciudadano. Un ejemplo lo tenemos con primeras aplicaciones de drones policiales que ya ha supuesto un debate entre los límites de la privacidad y la seguridad.

Quizá sea el ámbito medioambiental el rey de las aplicaciones de estos interesantes aparatos. Algunos ejemplos prácticos puestos en marcha los encontramos con la reforestación por parte de estos drones. El proyecto BioCarbon propone utilizar drones para plantar miles de árboles al año a lo largo de potenciales territorios fértiles y detener la deforestación.

Y como todo artículo de moda, cientos de empresas se lanzan al oportunismo planteando ideas peculiares y extravagantes que, en cierto modo, pueden tener un buen filón comercial y aplicaciones con altos rendimientos económicos. Seguramente, el ejemplo más conocido sea Amazon con su interés en hacer llegar sus productos a las casas de los usuarios a través de drones. Otros ejemplos pintorescos los encontramos con los repartidores de comida a domicilio, sustituyendo las tradicionales motos de pizzeros por drones voladores. El caso de la empresa Domino’s supuso una revolución en la percepción de entrega de sus pizzas a través de estos dispositivos aéreos.
Cada día que pasa, la tecnología de los drones, es aplicada a un nuevo campo de la sociedad facilitándonos el acceso a los datos, no debiendo olvidarnos de las implicaciones legales que ofrecen estos dispositivos y la necesidad de disponer de una formación precisa del control de los mismos. Antes de empezar a manejar un dron recuerda formarte en su manejo, disponer de licencias y, sobre todo, comprender que no es un juguete.
Autor: Roberto Matellanes.
Los drones hoy en día, tienen demasiados usos gracias a que vuelan y son excelentes herramientas para casi cualquier área. En lo personal, siento que donde más se nota su evolución es en la agricultura de precisión.