Una buena noticia nos llega desde California donde se ha decretado una ley que prohíbe la cría y la exhibición de orcas en cautividad. A partir de junio de 2017 estarán prohibidos los espectáculos con orcas y sólo se podrán realizar demostraciones con fines educativos.
Este cetáceo de cuerpo hidrodinámico y robusto tiene un marcado dimorfismo sexual. Las hembras son más pequeñas y con la aleta dorsal más corta, pudiendo alcanzar 7,7 metros y unas 4 toneladas de peso. En cambio un macho adulto puede medir hasta 9 metros y pesar alrededor de 5,5 toneladas.

Las orcas tienen un marcado carácter gregario, viven en familias numerosas durante toda su vida, cazan en grupo y se comunican a través de sonidos. De hecho, son unos depredadores muy eficientes que se encuentran en la cima de la cadena alimenticia debido a su inteligencia, velocidad y fuerza. Tienen una dieta muy variada, formada principalmente por calamares, peces y mamíferos marinos.
Desde que en el 2013 se estrenó el documental Blackfish, la visión de cómo estos animales viven en cautividad ha cambiado y ha generado diversos movimientos en favor de su liberación. El documental muestra como las orcas soportan un gran estrés en cautividad que afecta a su carácter tranquilo y amigable, convirtiéndolos en animales violentos capaces de atacar. Además de narrar los trágicos episodios de las muertes de los dos instructores de Seaworld de Orlado y Tenerife, muestra el sufrimiento que padecen las crías y la manada cuando son capturadas por un barco.
En cautividad las orcas deben adecuarse a vivir en piscinas de reducido tamaño, alimentarse de pescado congelado, no vivir dentro de su familia y soportar los sonidos ambientales y las voces de las personas durante los espectáculos. Todos estos factores influyen en el carácter sociable de estos animales. Otra cosa a tener en cuenta es que la esperanza de vida de las orcas se reduce en cautividad no llegando a vivir más de 20 años.

El número de personas que visita estos parques ha disminuido considerablemente después del estreno de Blackfish. Lo que ha llevado a Seaworld, la empresa estadounidense más importante a nivel mundial, a poner fin a las exhibiciones con orcas.
Ahora se plantea el dilema de qué hacer con las orcas en cautividad, existen partidarios de liberarlas y otros de mantenerlas en cautividad aunque ya no realicen las exhibiciones ya que la mayoría nunca ha vivido fuera de una piscina y no sobreviviría mucho tiempo en el océano abierto. Se cuenta con la experiencia de la liberación de la orca Keiko que fue muy complicada porque nunca se acostumbró a vivir en libertad y necesitaba la presencia de los humanos para continuar con su vida.
Antes de liberar a estos animales tendrían que habituarse en un ambiente de semilibertad a las condiciones que se encontrarán en el océano e introducirlos gradualmente en el ambiente natural. Además de tener en cuenta que algunos no han cazado nunca en su vida y tendrían que aprender a sobrevivir sin la mano del hombre.
Esperemos que esta ley sirva como ejemplo y sea el inicio de un movimiento global que impida tener animales en cautividad. Porque como dijo Jacques-Yves Cousteau “La felicidad de la abeja y la del delfín es existir. La del hombre es descubrir esto y maravillarse por ello”.
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