El calentamiento global ha traído consigo una intensificación del ciclo hidrológico dándose cada vez con mayor frecuencia fenómenos de lluvias torrenciales que en ocasiones causan daños no sólo económicos sino también humanos.

Hasta ahora siempre se había estimado que según avanzara el cambio climático se producirían cambios en la distribución de las precipitaciones que aumentarían las diferencias entre las regiones secas y húmedas, pero un reciente estudio publicado en la revista Nature Climate Change, ha demostrado que las precipitaciones han aumentado en ambas zonas, es decir que el número de lluvias torrenciales se ha visto incrementado no sólo en las zonas húmedas sino que también se ha visto incrementado en las zonas secas.
Este trabajo ha sido desarrollado por investigadores australianos y estadounidenses, y se ha basado en el análisis de los patrones de lluvias extremas y de precipitaciones totales a nivel mundial así como en el estudio de modelos climáticos que muestran cómo afectará el calentamiento climático del planeta.
Las principales conclusiones de este estudio, reflejan que el aumento en los patrones de precipitaciones no está ligado de forma directa con una mayor disponibilidad de agua. El aumento de las precipitaciones totales en las regiones secas puede ser compensado e incluso superado por el aumento de la evaporación debido a un clima más cálido, de manera que podría no conducir a un incremento también de la disponibilidad de agua. Adicionalmente este estudio también ha planteado la importancia de una buena adaptación a esta variación del clima si se quiere minimizar las consecuencias de este sobre todo a nivel local.
Fuente original: Nature Climate Change y El Mundo.
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