Ayer, 13 de junio, el Congreso de los Diputados aprobó el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Con un total de 34.000 hectáreas, repartidas entre Madrid y Castilla y León, será el decimoquinto parque nacional del Estado español y el quinto más grande en extensión.
La Sierra de Guadarrama alberga hábitats naturales como matorrales supraforestales, pastizales de alta montaña, estepas leñosas de altura, sistemas naturales singulares de origen glaciar y periglaciar, pinares, sabinares y enebrales, así como endemismos de flora y fauna como el águila imperial ibérica y la cigüeña negra, ambas en peligro de extinción. Además, la Sierra acoge un 40% de las especies de herpetofauna del país, un 39% de las aves y un 49% de los mamíferos. El futuro Parque incluirá además los Sitios Naturales de Interés Nacional de la Cumbre, el Circo y las Lagunas de Peñalara y de La Pedriza del Manzanares, áreas singulares y populares como la cumbre de los Siete Picos.
Coexistirán en el Parque Nacional otros regímenes de protección ambiental nacionales y comunitarios: Parque Natural de la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara, Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, y Parque Natural de la Sierra Norte de Guadarrama, seis espacios de la Red Natura 2000, parte de la Reserva de la Biosfera de la Cuenca Alta del Manzanares declarada por la UNESCO, y los Humedales del Macizo de Peñalara que están incluidos en la lista de humedales de importancia internacional del Convenio de Ramsar.
La aprobación de Parque Nacional, que llega con un siglo de retraso cuando comenzaron a reconocerse sus valores naturales y paisajísticos, ha necesitado más de diez años (la tramitación comenzó en 2001), y no ha estado exenta de polémica. Una enmienda introducida al texto por el Senado que abría la puerta a la actividad cinegética retrasó su aprobación.
Finalmente el texto ha sido aprobado, aunque el nuevo Parque no lo será de forma efectiva hasta que no lo publique el Boletín Oficial del Estado.
Foto: GeoNopia
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