Mientras seguimos sumidos en un breve receso de esta interminable ola de calor que nunca parece abandonarnos del todo, nuestro consumo de energético se ha disparado debido en su mayoría al uso de aires acondicionados o ventiladores para hacer frente al caloret. Pero, ¿De donde sale toda esta energía que estamos consumiendo?

Nuestra demanda energética se ha incrementado en estas últimas semanas en un 13, 1 % con respecto a los datos para estas mismas fechas del 2014. Y para nuestro cargo de conciencia la mayoría de esta energía proviene de la queda de carbón, el cual produce el 70% de la emisiones de CO2 del sector energético.
Ante el parón de la eólica las centrales térmicas están trabajando a máximo rendimiento estas semanas para hacer frente a esta demanda, lo que ha incrementado en un 21,5% la producción de energía con este sistema respecto a Junio. Esta disminución del rendimiento del sector eólico esta relacionado con la falta de vientos debido a la situación de anticiclón permanente en la que no encontramos.
Por otro lado el calor también afecta (aunque parezca raro) a la producción de energía a través del sol, puesto que un incremento de las temperaturas disminuye el rendimiento en la obtención de energía de los sistemas fotovoltaicos. No podemos olvidarnos de la hidroeléctrica cuya producción se ha visto afectada por la escasez de lluvias este invierno que ha disminuido las reservas de agua de los pantanos de toda la Península.
Además y para terminar de rizar el rizo, el precio del carbón en el mercado es bastante competitivo por lo que se ha primado esta forma de obtención de energía frente a otras menos contaminantes como la quema de gas para producir electricidad cuyas emisiones de CO2 son un 60% más bajas que las de la quema de carbón.
Fuente: EP.
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