El sesenta por ciento de los medicamentos que se usan en la actualidad, y entre ellos, muchos antitumorales, analgésicos o antibióticos, tienen su origen en la naturaleza emergida, de ahí que la salud de las personas dependa en gran parte del buen estado de conservación de la biodiversidad.

Durante las últimas décadas, los bosques y en general la naturaleza, han sido la fuente principal de la que han emanado esos medicamentos, pero en el futuro serán los océanos los que actúen como despensa y también como «farmacia» de la Humanidad, aunque de momento la tecnología no permite la captación de muestras a grandes profundidades.
Estas son algunos de los argumentos expuestos en la quinta edición del foro «Encuentros Verdes» que organiza el departamento de EFEverde y la Fundación Biodiversidad, y que se ha centrado en la relación entre biodiversidad, salud e innovación sanitaria.
En la mesa, moderada por el director de EFEsalud, Javier Tovar, intervinieron el director técnico de Farmaindustria, Emili Esteve; el vicepresidente primero de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), José María Fernández Sousa-Faro; la directora de I+D de Pharmamar, Carmen Cuevas; y el científico y profesor de la Universidad Europea David Sanz.
En la actualidad hay más de 7.000 medicamentos en desarrollo, unos 900 de carácter biológico, 338 indicados para combatir el cáncer, 176 para erradicar infecciones, y otros para luchar contra enfermedades respiratorias, neurólogicas, digestivas o la diabetes. El objetivo a largo plazo es trabajar de una forma multidisciplinar en investigación de medicamentos, con el objetivo de avanzar en los tratamientos individualizados y la medicina personalizada.
El 80% de los seres vivos se encuentran en el agua por lo que hay que apostar por la biodiversidad de este ecosistema marino, debido a que los recursos del medio terrestre ya generan muy pocos resultados.
El cáncer es el área terapéutica donde hay más medicamentos en desarrollo. Pharmamar (empresa pionera en la investigación de fármacos procedentes de fondos marinos) ha destacado el valor de sus últimos fármacos, dirigidos a dianas terapéuticas específicas, las llamadas «balas mágicas». Esta empresa selecciona, aísla y extrae a una profundidad de entre 80-100 metros bacterias y microorganismos que actúan sobre las células cancerígenas de una forma natural.
Por otro lado, dentro de este foro también se ha a alertado sobre los riesgos de que las acciones humanas puedan mermar la riqueza de la biodiversidad. Tambien se apuesta por intensificar las investigaciones de los fondos marinos porque «existen especies por definir y estudiar en lugares inhóspitos«. Asimismo, ha planteado la necesidad de concienciar a la sociedad para preservar la diversidad biológica, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y favorecer el progreso científico.
Fuente: Efeverde.
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