Dentro de las medias encaminadas a disminuir el impacto de la caza furtiva y el comercio ilegal de especies en la conservación de la fauna en Kenia, se ha inaugurado el Laboratorio Genéticos y Forense para la Fauna, un centro especializado en la búsqueda de datos científicos, a modo de CSI, que permita llevar ante la justicia tanto a los cazadores furtivos como a los comerciantes ilegales de especies. El centro se inauguró la semana pasada, después de 3 años de trabajo y de un coste de 600.000 euros.

Fuente: forwallpaper
El Servicio de Conservación de la Fauna de Kenia (KWS, por las siglas en inglés) ve necesaria la creación de este tipo de instalaciones a fin de poder encontrar pruebas que puedan ser presentadas ante la justicia en los casos de caza furtiva y comercio ilegal de especies. Con estas pruebas se conseguirán más condenas que serán disuasorias para aquellos que atentan contra la vida silvestre en Kenia.
Un estudio realizado en 2014 por Wildlife Direct demostró la ineficacia actual de la justicia en cuanto a estos casos contra la vida silvestre, ya que menos del 4% de los condenados por estos delitos acababan en prisión. Normalmente esto es debido a la falta de pruebas periciales que vinculen al cazador furtivo con su delito.
Gracias a este laboratorio Genético y Forense para la Fauna, podrán identificarse los objetos confiscados (cuernos de rinoceronte, marfil, pieles animales, etc), lo que permitirá relacionarlos con los animales asesinados, y será una prueba pericial válida en los tribunales, lo que permitirá que se consigan más condenas. Se analizará el ADN tanto a los animales abatidos como de los objetos confiscados, y se creará un registro a partir del cual se podrá determinar que objetos pertenecen a cada animal. Además también se analizarán los escenarios donde se encuentren a los animales abatidos, recopilando pruebas que permitan detener y juzgar a los culpables.
Esta iniciativa puede suponer un empujón hacia la mejora de la conservación de las especies en Kenia, dentro de las cuales encontramos algunas en estado crítico de conservación como los rinocerontes y los elefantes, ambas asediadas por la caza furtiva.
Fuente: La Vanguardia.
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