La disputa sobre los efectos del fracking sobre la salud, el cambio climático y el medio ambiente lleva ya mucho tiempo. Sin embargo, se ha revitalizado en Estados Unidos en los últimos días a raíz de la publicación simultánea de dos informes opuestos entre si. Ambos bandos esgrimen sus potentes argumentos cada uno a favor de su causa.

Contra el fracking o fractura hidráulica
Dos grupos de médicos recopilaron información de estudios científicos, reportes del gobierno y de la industria e investigaciones periodísticas. Se corroboró que el fracking para extraer gas natural y petróleo perjudica la salud humana, contribuye al cambio climático y contamina el agua y el aire.
En el año 2007 la Phisicians for Social Responsibility y el Concerned Health Professionals of New York presentaron un compendio de las posibles consecuencias del fracking. La recopilación realizada en el 2016 refuerza los resultados de los primeros.
Tanto en lo que respecta a la salud pública, como a una variedad de impactos ambientales negativos están totalmente comprobados. Por otro lado, los estudios además explicitan los perjuicios económicos derivados del fracking. Asimismo, confirmaron que no existe ningún estudio realizado por colegas que sostenga seriamente que el fracking no tiene consecuencias negativas.
La compilación presentada afirma que de 685 estudios controlados entre 2009 y 2015 los resultados indican que
- Sobre el estado del agua, el 69% presentó potenciales y concretos peligros.
- En referencia al aire, el 87% de las muestras evidenció niveles de contaminación muy altos.
- Respecto de la salud, 84% de las muestras presento un riesgo real o potencial.
Danielle Filson -vocera del grupo de investigadores- aclaró que los estudios se realizaron con información procedente de todo Estados Unidos. Por esta razón, si bien se efectuó en Pennsylvania, los resultados se enviaron a otros estados.
Sin embargo, Filson afirmó que al Gobernador Wolf le serán presentados personalmente. Ya se le solicitó que frene las actividades de fracking y se lleve un registro de los casos de quejas de salud relacionados. Dichos reclamos los presentó anteriormente la Pennsylvania Medical Society.
Desde la Agencia Federal para las Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades, notificaron que se encontraron metano, arsénico y otros químicos orgánicos en 27 pozos en agua particulares. Fueron analizados durante mayo del corriente año y se hallan ubicados en Dymock, Pennsylvania. El reporte indica que se detectaron en niveles lo suficientemente altos como para dañar la salud humana.
A favor de la explotación por fractura hidráulica
Como contrapartida, el American Petroleum Institute (API) también informó sus investigaciones. Se fundamentaron en sus propios informes científicos, además de resultados de los controles estatales y federales y reportes de pares. Su propósito fue defender las conclusiones presentadas en el 2015 por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.
En los reportes mencionados se indica que – luego de estudios realizados durante seis años- no existe indicio de que el fracking tenga un impacto sistémico sobre el agua. Dicen que sus oponentes buscan montar un espectáculo con el tema de la fractura hidráulica.

La API incluye entre sus argumentos un informe del Consejo de Ciencia y Tecnología de California realizado en 2015. Afirman que no hay evidencia de contaminación en las aguas subterráneas como consecuencia del uso del fracking.
Erik Milito, Director de Operaciones de la API desafió a sus oponentes diciendo que tendrán que informar internacionalmente de la seriedad de sus dichos. Y también afirmó
«los datos demuestran la ausencia de una correlación directa entre el fracturamiento hidráulico y el deterioro de la calidad del agua potable»
Algunos médicos concuerdan con los informes de la API.
Para concluir, el proceso de fractura hidráulica implica el uso de agua, arena, sustancias químicas y explosivos. Se envían con potencia bajo tierra para perforar las rocas y permitir la salida del gas. Las aguas residuales suben a la superficie contaminadas con esos productos químicos entre otras sustancias. Para evitar sus perjuicios se requiere un tratamiento especial o enterrarlas profundamente cavando pozos todavía más profundos.
Está certeramente comprobado que el fracking es una de las actividades más nocivas para el medio ambiente. Argumentar a favor o en contra es válido, lo que no se puede es detener los daños que ya se han ocasionado.
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