Con motivo de la celebración del Día Meteorológico Mundial, la Organización Meteorológica Mundial ha publicado el informe que analiza el clima del 2014.
Un calor oceánico sin precedentes, temperaturas de la superficie terrestre elevadas e inundaciones devastadoras fueron algunas de las características determinantes del clima mundial en 2014 que, en valores nominales, fue el año más cálido jamás registrado, aunque por un margen muy pequeño, de acuerdo con un análisis detallado de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En la Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2014 se confirmó la prolongación de una tendencia al calentamiento en los últimos decenios, dándose en el presente siglo 14 de los 15 años más cálidos jamás registrados.
En el informe se proporcionaron datos sobre temperaturas y precipitaciones a escala nacional y regional así como sobre ciclones tropicales, el aumento del nivel del mar y la extensión del hielo marino.

Aspectos destacados de la Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2014
Temperatura
En 2014, la temperatura media mundial rondó los 0,57 °C (1,03 °F) por encima de la media de 14 °C (57,2 °F) correspondiente al período 1961-1990. A ello se debe que, en valores nominales, haya sido el año más cálido jamás registrado, pese a que las incertidumbres estimadas en relación con las medias anuales superen las diferencias de temperaturas entre los años más cálidos.
En Europa, 19 países registraron temperaturas anuales sin precedentes. En el oeste de América del Norte, incluida Alaska, el este de Eurasia, gran parte de África, vastas zonas de América del Sur y el sur y el oeste de Australia se registraron también temperaturas particularmente cálidas. A lo largo de extensas zonas de Estados Unidos de América y Canadá se observaron temperaturas inferiores a la media.
Uno de los principales impulsores de la variabilidad interanual del clima es El Niño/Oscilación del Sur (ENOS), que por lo general trae consigo temperaturas mundiales elevadas. Cabría notar que 2014 fue un año excepcionalmente cálido, pese a la falta de episodios de El Niño.
Gran parte de la energía que se acumula en el sistema climático acaba en los océanos. Las temperaturas de la superficie del mar han sido mucho más cálidas que la media registrada en todo el norte y noreste del Pacífico y en las zonas polar y subtropical del Atlántico Norte, el suroeste del Pacífico, partes del Atlántico Sur y gran parte del Océano Índico. Estas fueron particularmente elevadas en el hemisferio norte de junio a octubre.
Precipitación
En 2014, la precipitación media mundial prácticamente alcanzó la media a largo plazo de 1 033 mm. En ese mismo año, varias sequías asolaron el suroeste de Estados Unidos, el noreste de China, el este de Brasil y algunos países en América Central.
En mayo y junio, las inundaciones en la península de los Balcanes azotaron Serbia, Bosnia y Herzegovina y Croacia. Las lluvias intensas causaron inundaciones en Bangladesh, Pakistán e India en agosto y septiembre y en Sri Lanka en diciembre. En África, las crecidas afectaron a Marruecos, Mozambique, Sudáfrica, Kenya, Etiopía, Somalia y en la República Unida de Tanzanía. Las inundaciones en la cuenca del río Paraná afectaron a Paraguay, Argentina y Brasil.
Cada año la variabilidad natural del clima provoca tales extremos, si bien la elevada incidencia de inundaciones en el mundo entero es compatible con un ciclo hidrológico acelerado impulsado por más energía atrapada en la atmósfera por los gases de efecto invernadero.
Hielo
El hielo marino es un componente importante del sistema climático. Controla el intercambio de calor y humedad entre la atmósfera y los mares polares y, por ser mucho más reflectante que las aguas libres, altera la cantidad de radiación solar que se absorbe en latitudes elevadas.
De acuerdo con el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielos de Estados Unidos de América, en 2014 la extensión diaria mínima anual del hielo marino en el Ártico, observada el 17 de septiembre, abarcaba 5,02 millones de km2, la sexta más reducida jamás registrada.
En junio, julio y agosto, el derretimiento en la superficie del manto de hielo de Groenlandia superaba la media correspondiente al período 1981-2010. En el caso de Kangerlussuaq, en el oeste de Groenlandia, zona de mayor deshielo superficial, el verano de 2014 fue el más cálido jamás registrado. Asimismo, la nieve y el hielo fueron más oscuros que en 2013. Con un albedo más débil, la superficie absorbe más luz solar, aumentando de ese modo la fusión.
Durante gran parte de 2014, la extensión diaria del hielo marino en la Antártida se mantuvo en niveles máximos sin precedentes y alcanzó una nueva extensión máxima récord por tercer año consecutivo. Siguen siendo objeto de examen dos factores que contribuyen al aumento a largo plazo. El primero de ellos revela una mayor fuerza de los vientos dominantes del oeste. En cuanto al segundo, la disminución de la salinidad de las aguas cerca de la superficie, en parte debido al derretimiento de las mesetas de hielo, ha dado lugar a condiciones propicias para el crecimiento de los hielos.
Ciclones tropicales
En 2014, se registraron 78 ciclones tropicales a nivel mundial. Dicha cifra es inferior a la cifra total de 94 observada en 2013 e inferior a la media de 89 tormentas correspondiente al período 1981‑2010, aunque superior al número de tormentas de 67 registradas en 2010, cifra total más baja observada en la era satelital moderna.
Atribución de fenómenos
En el ámbito de la investigación en rápido crecimiento de la atribución de fenómenos se han desarrollado nuevas herramientas científicas para atribuir la influencia del cambio climático de origen humano a los fenómenos meteorológicos extremos, mediante la estimación de cambios en la probabilidad de fenómenos extremos en un clima exento de la influencia provocada por la actividad humana. La Oficina Meteorológica de Reino Unido aplicó una nueva técnica de atribución a la temperatura media récord mundial y de Reino Unido de 2014. Según el análisis, “se estima que la influencia humana ha decuplicado la probabilidad de temperaturas sin precedentes observadas en Reino Unido”.
Día Meteorológico Mundial
El Día Meteorológico Mundial conmemora la entrada en vigor, el 23 de marzo de 1950, del Convenio por el que se creó la Organización Meteorológica Mundial. Asimismo, celebra la contribución fundamental que aportan los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales a la seguridad y el bienestar de la sociedad. Ese día se realizan actividades de divulgación nacionales y se entablan debates en el mundo entero, y a menudo es la ocasión para invitar a las instancias decisorias y al público en general a examinar de cerca la labor de sus Servicios Meteorológicos Nacionales.
El tema de este año, “Del conocimiento climático a la acción por el clima”, surge en un momento en que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) redobla sus esfuerzos para mejorar productos y servicios climáticos con el propósito de orientar la toma de decisiones y la acción.
El Marco Mundial para los Servicios Climáticos de las Naciones Unidas, iniciativa encabezada por la OMM, tiene como objeto ayudar a los países y comunidades a adaptarse a las variaciones naturales en el clima y en el cambio climático a largo plazo. Cerca de 70 países carecen incluso de servicios climáticos básicos, considerados prioritarios.
Los productos y servicios climáticos pueden ser de utilidad para los planificadores urbanos con objeto de formular políticas y planes de acción que permitirían aumentar la resiliencia urbana ante los desastres naturales y promover una economía más verde. Las autoridades de la salud pública utilizan predicciones climáticas para abordar de manera dinámica las posibles repercusiones para la salud que tienen los fenómenos extremos, como las sequías, las olas de calor y las crecidas. Gracias a las predicciones sobre temperaturas y a las tendencias estacionales de lluvias, los agricultores pueden adoptar mejores decisiones de plantación, cultivo y comercialización. Los encargados de la gestión de los recursos hídricos utilizan la información sobre el clima para optimizar el abastecimiento de agua y la gestión de crecidas. El sector de la energía utiliza la información climática para decidir dónde y qué tipo de central eléctrica debería construirse en una ubicación específica.
Fuente: Organización Meteorológica Mundial.
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