El incendio que tuvo lugar el 1 de mayo y que fue imparable hasta hace una semana en la ciudad de Fort McMurray (Alberta, Canadá), ha provocado el desalojo de cerca 100.000 personas de esta ciudad y poblados colindantes. Actualmente se considera el incendio más grande ocurrido en la historia de Canadá.

El incendio comenzó al suroeste de la ciudad y se extendió rápidamente, arrasando sin provocar víctimas, Fort McMurray y zonas próximas. Se calcula que se han destruido aproximadamente 200.000 hectáreas de superficie, de las cuales casi 160.000 hectáreas eran de bosque boreal o también conocido como Taiga. “Es una pérdida a una escala difícil de imaginar para muchos de nosotros”, manifestó el primer ministro canadiense Justin Trudeau.
A pesar de que las pérdidas materiales son innumerables, con aproximadamente 2.000 viviendas destruidas, la pérdida de valor ecológico de los bosques que se encontraban alrededor es incalculable. Los formidables bosques que presenta la región albergan una cantidad de especies emblemáticas como alces, osos, lobos y un poco más al norte bisontes.
Las principales causas del incendio fueron las altas temperaturas, la baja humedad y los fuertes vientos que azotaron la zona durante esos días. El sábado 7 de mayo duplicó su tamaño, alcanzando temperaturas de vientos de hasta 72 Km/h, lo que contribuyó a que éste se propagase más rápido.
Las arenas bituminosas de Alberta
Una de las características por las que se conoce a esta ciudad en Alberta, es por ser actualmente la ciudad más rica de toda América, debido a la extracción de petróleo. La presencia de turberas en la región contienen una especie de petróleo arenoso que es conocido como “arenas bituminosas”.

A comienzos del año 2000, el incremento de la demanda de crudo por parte de China y Estados Unidos, hizo que la extracción de “las arenas bituminosas de Alberta” pasara a ser rentable. Esta demanda provocó que un país como Canadá se pusiera a la cabeza en la producción de petróleo. Ahora mismo alberga reservas equivalentes a las de países como Irán, Irak, o Kuwait juntos.
Es irónico que una de las ciudades donde más negocio se obtiene con la extracción de éste tipo de petróleo, y por tanto, con gran responsabilidad en las emisiones causantes del cambio climático, se vea afectada por un desastre cuya magnitud se ha visto agravada, al menos indirectamente por el cambio climático. Es decir, la gravedad de los incendios ha sido mayor debido a un invierno especialmente cálido y seco. Pero, ¿es un hecho aislado o se empiezan a barajar posibilidades de su causa? Muchos de los expertos creen que el aumento de los incendios forestales, que se están sucediendo no sólo en Canadá, sino en todo el mundo, están asociados al cambio climático. El aumento de la temperatura comienza a ser evidente y con ello, es esperable que la frecuencia de catástrofes naturales como ésta aumenten en el futuro próximo.
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