Debido a la importancia del agua, tanto para la continuidad operativa de las empresas, así como por ser uno de los servicios básicos de las comunidades, las naciones y hábitat fundamental de la vida, debemos prestar especial atención a la tasa de agotamiento de este recurso, en muchos casos ocasionado por un mal uso, derroche y contaminación.
Por esto, es muy importante medir el impacto de nuestras actividades con respecto al uso del agua, pues, como dicen los estadísticos “lo que se mide, se puede mejorar” y en ese sentido, la huella hídrica es uno de los indicadores que en los últimos años ha tomado gran relevancia para medir el impacto de los humanos en la disponibilidad de los recursos de agua.
La norma ISO 14046 publicada en Julio de 2014, presenta los principios, requisitos y directrices para la para la realización de la evaluación de la huella hídrica de los productos y servicios, la misma puede definirse como la cantidad de agua usada, tanto directa como indirectamente, para producir un producto incluyendo todo su consumo a través de la cadena de suministro. La norma se basa en la metodología de la evaluación del ciclo de vida, mediante las cuatro fases propuestas en ISO 14040 y 14044 pero en este caso, solo orientada al recurso hídrico.
En este estándar, que es de carácter certificable, también se establecen las directrices para la presentación de informes, sin embargo, no incluye dentro de su alcance los requisitos y directrices para la comunicación de resultados a través de etiquetas ecológicas o declaraciones ambientales tal como la norma ISO 14067 para la huella de carbono.
La huella hídrica total de un producto es la sumatoria de un componente verde o huella verde, que se refiere al consumo de agua de lluvia, la huella azul para el agua superficial o subterránea, y la huella gris (agua contaminada) que representa el volumen de agua requerido para asimilar contaminantes en los cuerpos de agua. La huella hídrica de un producto se expresa en términos de volumen de agua utilizado para producir un kilo de producto.
Una evaluación de la huella hídrica puede ayudar a las organizaciones, gobiernos y demás partes interesadas a evaluar los impactos de las actividades e identificar las posibles oportunidades de mejora relacionadas con la gestión del agua a lo largo del ciclo de vida, permitiendo establecer principios y líneas de acción para un aprovechamiento responsable y sustentable de este recurso, y reflejar la efectividad de dichas acciones a través de la reducción de la huella hídrica.
Autor: Marcel Rodriguez
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