El gorila de Grauer (Gorilla beringei graueri), el primate más grande del mundo que vive al este de la República Democrática del Congo, ha perdido el 77% de su población en los últimos 20 años. Sus amenazas son la caza ilegal alrededor de explotaciones mineras de coltán – que se encuentran en expansión -, los disturbios civiles y la pérdida de hábitat.

Estos gorilas se distinguen de las otras subespecies por su cuerpo robusto, largas manos y hocico corto. A pesar de su tamaño, se alimenta de frutas y plantas, como los otros de su grupo. Su hábitat, en la selva tropical al este de la República Democrática del Congo, se redujo en aproximadamente un 50% en los últimos 50 años. De 17.000 individuos de la especie a mitad de los años ’90, los científicos estiman hoy que la población disminuyó a menos de 4.000 gorilas, según un informe de la Wildlife Conservation Society y Fauna y Flora Internacional. Si bien un conteo adecuado de los animales ha sido imposible por muchos años a causa del contexto político en la región, estas cifras demuestran, según los autores, que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza debería elevar el estado de amenaza de “en peligro” a “en peligro crítico”, acorde a las categorías y los criterios aplicados por la organización internacional para catalogar el estado de conservación de las especies (IUCN Red List). La tendencia supone que continuará reduciéndose el número de gorilas por los próximos 30-40 años.
Amenaza del gorila de Grauer: cronología y contexto
La declinación de la especie podría datarse a 1994. El genocidio de Ruanda obligó a miles de refugiados a huir a la República Democrática del Congo, que condujo a la guerra civil congoleña en la que murieron cerca de 5 millones de personas entre 1996 y 2003. En este contexto de guerra y tragedia humana, la vida silvestre también sufrió el impacto, al incrementarse la inseguridad, el comercio de caza ilegal y el incremento de la deforestación. Estas últimas son las dos primeras causas de amenazas a las especies.
La expansión de la minería artesanal de coltán, sitios generalmente en lugares remotos, y las circunstancias de los trabajadores hacen que, a menudo, se alimenten de la fauna local. Si bien están protegidos por ley, los gorilas son preciados en la caza por su gran tamaño, su carne y porque, al moverse en grupos, son fácilmente rastreados.
Las áreas prioritarias para la supervivencia de los gorilas son tres, según el informe: el Parque Nacional de Kahuzi-Biega, la reserva Punia Gorilla y el Bosque de Usala. Se suponen distintas acciones complementarias a la protección de estos sitios y que involucran a la comunidad: apoyar a los guardas forestales de estas zonas, ayudar a las poblaciones locales con fuentes alternativas de ingresos y que las empresas compren minerales procedentes de lugares libres de conflicto, en los que no se practique la caza de animales como el gorila de Grauer.
Fuentes: El Mundo, WWF, IUCN
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