Los residuos de construcción y demolición (RCD) son regulados mediante normativas que establecen criterios para su gestión. Para ello es necesario conocer qué se entiende por residuo de construcción y demolición y qué otros tipos de desecho no lo son. Así, se garantizará un medio ambiente sano para el desarrollo de las personas.
¿Qué son los residuos de construcción y demolición?
Para definir qué es un residuo de construcción y demolición debemos acudir al Real Decreto 105/2008. Allí se establece que los RCD son aquellas sustancias u objetos que se generen en dos tipos de actividad:
Construcción, rehabilitación, reparación, reforma o demolición de un bien inmueble u obras de ingeniería civil.
Trabajos que modifiquen forma o sustancia de un terreno o subsuelo, como excavaciones, urbanizaciones.
¿Qué NO se considera RCD?
Se excluyen los residuos generados en actividades que tienen su regulación propia, como aquellas extractivas, aceites industriales, envases, etc.
En este caso, deben ser gestionados de acuerdo a lo que su legislación establezca, manteniéndolos separados de otros residuos de construcción y demolición de la obra.
Asimismo, no se considera RCD a aquellos provenientes de obras menores cuando no superan los 50 kg. de peso. Por ejemplo, construcción o reparación domiciliaria.
Gestión de los residuos de demolición y construcción
El Real Decreto 105/2008, además de fijar criterios de definición de los RCD, establece el régimen jurídico de la producción y gestión de los residuos de construcción y demolición. De esta manera, fomenta su prevención, reutilización, reciclado y otras formas de valorización, para asegurar que los destinados a operaciones de eliminación reciban un tratamiento adecuado.
En el caso que sea necesario eliminarlos en vertederos, deberá hacerse sólo si previamente fueron sometidos a un tratamiento.
Cabe destacar que en el país está presente la Asociación española de demolición, descontaminación, corte y perforación (AEDED) que se ha creado, según explican en su Web, «con el fin de fomentar la profesionalidad de estos gremios y promocionar el trabajo de sus asociados».
Planificación desde el inicio
Cuando se trabaja en el proyecto de ejecución de una obra, debe incorporarse el estudio sobre la gestión de los RCD.
Este documento tiene que incluir:
– la estimación de los residuos de construcción y demolición expresado en toneladas y metros cúbicos
– planos de instalaciones previstas para el almacenamiento, manejo y separación
– operaciones de reutilización, valorización o eliminación
– medidas de prevención de riesgos laborales
– costo previsto de la gestión, que se incluirá en el presupuesto total del proyecto pero en un capítulo aparte
Para resumir, con el Real Decreto 105/2008 quedan definidos qué son los residuos de construcción y demolición y cómo es su gestión, para contribuir a un desarrollo sostenible de la actividad de construcción.
Fuentes: mapama / ganasa.es
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