Desde hace unos meses escuchamos palabras como gas pizarra, hidrocarburos, fractura hidráulica o fracking, y argumentos a favor y en contra, pero, ¿sabemos realmente qué es y en qué consiste?
Fracking es el nombre al que se da a la técnica de extracción de gas o petróleo del subsuelo mediante la fracturación de las rocas a alta presión con agua (99,5%), arena y productos químicos. Se perfora entre los 2.000 y 6.000 metros de profundidad.

España tiene, según el Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas, recursos para 39 años de consumo. Parece que esta técnica, para un país como España que importa el 99% de los hidrocarburos que consume, es una oportunidad para obtener recursos energéticos propios, por un lado, y de generar desarrollo y empleo en los municipios y comunidades donde se realice la extracción.
El Gobierno, con su aprobación el 1 de marzo de un anteproyecto de ley sobre sistemas eléctricos, incluyó un apartado de control ambiental con esta técnica, obligando a someterlos al procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental, dando una cobertura legal a esta técnica y allanando el camino a las empresas interesadas en la extracción del gas no convencional mediante esta técnica.
La preocupación es evidente en aquellas regiones en cuyo subsuelo existe gas susceptible de ser extraído mediante fracking, al existir riesgos ambientales, como el peligro de aumento de episodios sísmicos, contaminación de acuíferos, excesivo gasto de agua, etc. Así lo comunicaron medio centenar de Ayuntamientos de Cantabria y Castilla y León en enero de este año al ministro de Industria, José Manuel Soria, a través de la Federación Española de Municipios y Provincias.
Numerosas son las regiones en España escépticas a su empleo y en las que ya se están tomando decisiones para la protección del territorio ante esta técnica.
Cantabria ha sido la primera región en la que se ha aprobado una Ley en la que se prohíbe el fracking en su territorio hasta que no se despejen las dudas sobre su empleo.
La Junta Rectora del Parque Natural del Penyagolosa, ha emitido un comunicado en el que rechaza que el Consell otorgue permisos para extraer gas en 41 municipios de Castellón mediante la fractura hidráulica o fracking. Dicha decisión se basa en la existencia de multitud de estudios en los que se alertan de su uso, incluido el editado por la Comisión Europea.
Sin embargo, los empresarios lo ven una clara esperanza de impulsar el desarrollo económico y han creado la plataforma Shale Gas en defensa de la extracción de gas no convencional. En Castilla y León han comenzado la carrera del fracking y se encuentran una treintena de permisos en curso para extraer gas en la Comunidad.
Más Información:
El Gobierno da alas al ‘fracking’ (El País)
Cantabria, primera comunidad que prohibe el ‘fracking’ en su territorio (Cinco Días)
Shale Gas España lamenta la prohibición del fracking en Cantabria (Europa Press)
La Junta Rectora del Parque Natural del Penyagolosa se opone al fracking en Castellón (El Mundo)
La carrera del ‘fracking’ en Castilla y León (El Mundo)
Todo lo que deberías saber sobre el fracking (Blog Ambientaliqual)
[…] sus inicios ésta ha sido fuertemente criticada por los riesgos humanos y ambientales que representa, sin embargo, es necesario mejorar los […]
Es una técnica tremendamente agresiva y con un potencial de contaminación muy elevado, aunque sus defensores aleguen «las probabilidades de contaminación son mínimas», hay hechos innegables como que del agua con aditivos que se inyecta hay un % que no regresa a la superficie y nadie sabe que ocurre exactamente, sabemos que algunos son volátiles y, por tanto, pueden ascender por las fracturas, sabemos que las rocas sobre las que se inyectan agua a presión contienen, de forma natural, elementos radiactivos y, por tanto, estos pueden salir a la superficie con el agua recuperada, se saben algunas cosas pero se desconocen muchas otras y ya se sabe que «atrevida es la ignorancia»
Coincido que es una amenaza, y más cuando se trata de un proceso tan invasivo sobre la naturaleza y que no se sepa la fiabilidad ni tampoco si hay una recuperación natural a corto plazo, que me temo que no. Probablemente un Estudio de Impacto Ambiental diera negativo a este tipo de proyectos.
En Jaén, en la zona de la Loma de Úbeda, donde hay permisos solicitados y concedidos, es claramente una amenaza. Aquí dejo el enlace que lo justifica y que de practicarse fracking supondría la desaparición del olivar de Jaén.
https://aceitunayaceite.wordpress.com/2013/02/07/olivar-y-fracking/
Parece una clara amenaza, pues en otros lugares del mundo, como en EEUU, donde esta técnica fue desarrollada por primera vez, ya se han detectado una serie de desastres ecológicos y daños graves a la salud de un gran número de personas. Seguiremos atentos a la evolución de este tema.