La IUCN alerta sobre la desoxigenación de los océanos causada por el calentamiento de los océanos, el aumento de la estratificación vertical y la eutrofización costera del agua.
En diciembre del 2019 después de un largo periodo de investigación se publicó el informe donde se desvela que desde 1960 la concentración de oxígeno disuelto ha disminuido en un 2% y para el 2100 alcanzará el 4%.
Además las regiones oceánicas con bajas concentraciones de oxígeno han aumentado de 45 en el 1960 a unas 700 zonas en la actualidad. En el mismo período, el volumen de aguas anóxicas se ha cuadruplicado.
En los primeros 1000 m de profundidad de la columna de agua se concentra la mayor parte de la pérdida de oxígeno. Justo en esta zona la riqueza y abundancia de especies es mayor, por lo que las especies se ven obligadas a migrar a zonas más frías donde la riqueza de oxígeno es mayor.
¿Qué se entiende por desoxigenación?
Principalmente ocurre una disminución de la solubilidad del oxígeno con el aumento de la temperatura del agua generando una estratificación más marcada y limitando la mezcla vertical.
Las aguas profundas más frías se desplazan hacia mar abierto, además el exceso de nutrientes que llegan desde tierra a través de los ríos favorece la proliferación de algas en zonas costeras contribuyendo al fenómeno de desoxigenación.
¿Cuáles son las principales especies afectadas por la desoxigenación?
El equilibrio oceánico está sufriendo las primeras consecuencias provocadas por la desoxigenación, como el aumento de especies tolerantes a la hipoxia entre las que encontramos a microbios, medusas y calamares en detrimento de especies sensibles a los bajos niveles de oxígeno.
Las especies afectadas negativamente son aquellas de mayor tamaño como los atunes, los peces espada, los tiburones y los marlines que gastan grandes cantidades de oxígeno debido a su gran tamaño y se están desplazando a zonas más adaptas a sus necesidades.
La variación de la distribución de las especies de peces podría conllevar impactos socioeconómicos negativos, tanto por la disminución de la abundancia de las poblaciones o por dejar las zonas de pesca tradicionales, con seguridad traerá problemas a los pescadores y a la economía global.
Fuente: IUCN
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