Muchos productos silvestres engrosan el catálogo de alimentos selectos y van directos desde zonas naturales, muchas de ellas protegidas y amparadas por la red europea Natura 2000, a la mesa de muchos hogares y al mantel de los mejores restaurantes del mundo.
Lo hacen además, cuando se cogen de una forma regulada y respetuosa con el entorno, generando un rastro de empleo directo e indirecto y dejando un poso de riqueza que redunda en beneficio de las zonas rurales donde se recolectan esos productos y donde se localizan las instalaciones industriales que los procesan.

Son un sinfín de setas y hongos, de verduras silvestres o de frutas del bosque (moras, arándanos o grosellas), alimentos cuyo consumo ha estado durante siglos muy arraigado a las tradiciones gastronómicas de los pueblos, pero que durante los últimos años no solo se han popularizado sino que además han dado un salto de calidad para situarse en salones gourmet y en los mejores restaurantes.
España reúne las condiciones climáticas y los ecosistemas idóneos para la proliferación de los hongos y de muchos de esos productos silvestres, pero también han proliferado durante los últimos años auténticos expoliadores que ni utilizan las artes adecuadas ni tienen los conocimientos necesarios para hacer una recolección que necesariamente tiene que ser selectiva.
Un claro ejemplo de este aprovechamiento respetuoso con el medio es el desarrollado por la empresa Productos Silvestres Julián Martín SL que recolecta productos cultivados a los pies de la Sierra de Gata y regadas por el río Árrago en las localidades de Moraleja, La Moheda y Vegaviana, además, recibe muchas variedades de productos silvestres que crecen en la Sierra de Gata y en otros parajes naturales incluidos también en la red Natura 2000.
Todos los productos silvestres que entran en la planta han sido recolectados de una forma manual, cuidada y cualificada para garantizar su calidad y asegurar su perdurabilidad; para garantizar que la explotación comercial de esos productos se realiza de una forma sostenible y respetuosa con el entorno.
Por un lado se consigue el mantenimiento de estas zonas de gran valor natural puesto que son la fuente de sus principales recursos y por otro se saca un beneficio de los productos recolectados en estas zonas, que permite el desarrollo de la comunidad local.
Fuente: EFEverde.
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