Dentro de las jornadas organizadas por EFEverde, La Fundación Biodiversidad y el Magrama, esta semana ha tenido lugar una charla centrada en la moda y cual es su papel respecto al medio ambiente.

Si algo se constata en los últimos años es que la moda del futuro será más sostenible, de hecho este modelo ya se está imponiendo en el mercado, un claro ejemplo de ello son las empresas españolas Ecoalf o IOU Project que a través de la venta de productos más sostenibles esperan concienciar al consumidor de que es posible combinar ir a la moda y ser sostenible.
Para Kavita Parmar, fundadora de IOU Project, la sostenibilidad es algo «tan evidente como el cambio climático», pero nuestro poder de autodestrucción nos hace ser «incoherentes con el instinto de sobrevivir y la responsabilidad que asumimos con nuestros actos». En su opinión, hay que contar al consumidor lo que se hace para que reaccione, pues quiere «comprar una experiencia, no un producto, y las marcas que ofrecen una experiencia real van a ganar la batalla».
Javier Goyeneche, presidente y fundador de Ecoalf, se ha lamentado de que el consumidor esté «acostumbrado a pagar muy poco por lo que compra» y aún tiene que despertar y preguntarse «el porqué de esos precios tan bajos». Además reconoce que hay «una arte emocional en la compra, y la gran apuesta de las marcas que queremos hacer las cosas de forma diferente es ofrecer valores con los que el consumidor se sienta identificado».
Para Gema Gómez, fundadora de Slow Fashion in Spain, una plataforma que asesora y da formación a empresas en materia de producción respetuosa con el medio ambiente, es evidente que existe un movimiento muy potente hacia la moda sostenible, pero aún «hay que involucrar al consumidor dormido». «Somos el espejo de lo que la gente siente y que no encuentra reflejado en ningún otro sitio», ha asegurado Gema, para quien el criterio de sostenibilidad es algo irrenunciable, «no hay plan B», ha asegurado.
Estos empresarios han reconocido el poder de los medios de comunicación, internet y las redes sociales en el éxito de sus respectivos negocios y se han lamentado del escaso apoyo que reciben de las administraciones públicas y los bancos. Son conscientes de que el cambio vendrá de la mano del consumidor que al cambiar sus hábitos de compra obligará a las empresas y al Estado a cambiar el modelo actual por otro más sostenible.
Fuente: Efeverde.
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