El fuerte peso de la carretera, sobre la huella de carbono, en el sector agrícola hace, a medio y largo plazo, poco sostenible este modo de transporte para la exportación de productos.
Para la huella de carbono de los productos dedicados a la exportación un aspecto de interés es la distancia, pero sobre todo el modo de transporte. El modo de transportar los productos puede ser un apartado significativo en el conjunto de emisiones a considerar en la huella de carbono. Esta circunstancia ha generado importantes debates, y ha dado lugar a conceptos como el de “millas de alimentos” que pueden afectar a la competitividad de las empresas exportadoras de alimentos de muchos países. El término “millas de alimentos” fue acuñado en 1991 por Tim Lang, profesor de política alimentaria de la City University en Londres, intentando expresar la importancia que la distancia supone en el conjunto de emisiones.
Los alimentos, desde hace décadas son uno de los productos más transportados en un mundo globalizado. En Estados Unidos viajan una media de 1300-2000 millas (2100-3200 Km.) para llegar al consumidor[1].
La huella de carbono de un producto será más elevada si se ha gastado mucha energía de origen fósil en su producción y manipulación y, sobre todo, si son transportados desde larga distancia en modos de transporte poco sostenibles.
En cualquier caso, las emisiones procedentes del transporte son más destacadas en la cadena de suministro de frutas frescas y hortalizas y en general productos agrícolas que requieren poca transformación. El total de emisiones de la producción de los alimentos agrícolas de consumo en fresco es considerablemente bajo, así que, por definición, el transporte será una parte destacada. En cambio, en productos sometidos a procesamiento y refrigeración, o incluso a procesamiento y envasado como por ejemplo las conservas, el transporte será una parte pequeña de las emisiones totales de la cadena de suministros.
Las emisiones que supone el transporte son tomadas en consideración cada vez más; en este sentido hay que señalar que en Francia es obligatoria, desde el 1 de octubre de 2013, la comunicación al cliente de la huella de carbono de los servicios de transporte[2] . Esta obligación afecta a las empresas españolas que transporten con destino a Francia[3].
El transporte de mercancías por ferrocarril es mucho más ecoeficiente que la carretera. Es 3 veces menos contaminante en emisiones de gases de efecto invernadero y 2,5 veces más barato[1]. El modelo matemático diseñado por la Oficina Española de Cambio Climático, M3E, “Modelización de medidas para la mitigación en España”, muestra que por cada 350.000 € de inversión para incrementar el transporte de mercancías por ferrocarril, el ahorro en energía final para nuestro país sería de 277.148 Kwh/año, y por cada tonelada de CO2equivalente reducida en vez de un coste tendríamos un beneficio para el conjunto de la sociedad de 265 (-265) euros.
[1] Grupo Gerencial de Medio Ambiente de Naciones Unidas. Guía de las naciones Unidas para la neutralidad climática. PENUMA. 2008. p. 106.
[2] Décret no 2011-1336 du 24 octobre 2011 relatif à l’information sur la quantité de dioxyde de carbone émise à l’occasion d’une prestation de transport
[3] El ámbito de aplicación y objetivo de la información sobre el CO2 es obligatorio para todos los servicios de transporte que tengan su origen o destino en Francia.
No tendrán que producir la información del consumo de CO2 los servicios de transporte en tránsito internacional que sólo repostan o arreglan el vehículo en Francia, sin cargar o descargar.
En el caso de transporte de mercancías, el plazo para presentar el informe de huella de carbono se puede acordar entre transportista y su cliente a fin de permitir una información más precisa después del transporte, de lo contrario se requiere que se suministre la información a más tardar en dos meses, después de la realización del servicio.
En cuanto al aspecto económico de esta ecoeficiencia hay que señalar que el coste medio del transporte por carretera es 2,5 veces más caro que el del ferrocarril de (0,1 euros/tonelada/km recorrido para la carretera y 0,04 euros/tonelada/km recorrido para el ferrocarril). En cuanto a la parte ambiental de esta ecoeficiencia hay que señalar que las emisiones son de 75 gr. por tonelada de CO2eq/tonelada/km. recorrido para el transporte por carretera (OECC) y 25 gr por tonelada de CO2eq/tonelada/km para el transporte por ferrocarril en tracción diésel (Observatorio Español del Ferrocarril), el porcentaje de electrificación del ferrocarril considerado sería del 75% (RENFE).
Autor: Francisco Vitoria.
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