Como muchos sabréis, este año ha sido malo en general para las poblaciones de conejo, entre otros factores (climatología y especialmente las lluvias de abril y luego el parón total), pero principalmente porque (recientemente) ha aparecido una nueva cepa de enfermedad hemorrágico vírica. Y eso se ha hecho notar en el conejo y en las especies que de él dependen, como el lince. Lo podéis ver en este trabajo. Y en muchas zonas, a pesar de algunas alegrías, las poblaciones o se mantienen o descienden ligeramente.

Con respecto a la nueva cepa hay una parte buena y una parte mala. La buena es que será algo temporal, ya que, a diferencia de la mixomatosis (donde las variaciones son entre territorios) la evolución de la EHV parece que es temporal (al menos esa es la conclusión de un amiguete, aquí tenéis el paper y otro de una revisión sobre las enfermedades). Esa es la parte buena (además hay otra, que os cuento después).
La parte mala es que parece que la nueva cepa es algo más que una variante de la cepa actual. Parece que desde 2011 hasta ahora ha habido un importante descenso de las poblaciones de conejos (que como os decía se ha hecho sentir en las poblaciones de lince). Para que os hagáis una idea, en Andújar (una de las poblaciones que mejor se siguen por motivos de conservación del lince), se calcula que sólo el año pasado ha descendido un 30-40% (según zonas dentro de la población; este más o menos se ha mantenido). Y que, a diferencia de la otra, afecta a jóvenes y a adultos, no sólo a los adultos.
Pero según contaba en las jornada del conejo de Beja, Lavazza, un superespecialista en virus de conejos, no es el final del mundo, pues cuando irrumpió la anterior cepa también hubo un descenso importante (lo malo es que se extinguieron unas cuantas poblaciones, entre otras cosas por un manejo cinegético-sanitario muy deficiente). Es decir, que hay una esperanza de que las cosas empiecen a mejorar en cuanto se estabilice. De todas formas, hay poblaciones que han aumentado (las densas) y otras que han bajado (las más débiles), con lo que igual estamos ante las hipótesis del modelo de polarización de Calvete (aquí), que predetermina el fin de la clase media (de las zonas con densidad media de conejo, de la otra de momento no dice nada).
La otra parte buena, que no es el virus definitivo en el que estaban trabajando los australianos (ved por ejemplo este trabajo al respecto). Y eso ya es algo, porque era la «solución definitiva» al problema de los conejos en Australia (y alrededores).
Autor : Francisco Guil Celada.
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