En los últimos años en el alto Ártico del noreste de Groenlandia, el deshielo está llegando más temprano y las temperaturas en verano se han incrementado. Al mismo tiempo, se ha detectado el acortamiento de las alas de las mariposas que se localizan en esa zona. La comunidad científica cree es posible que exista una relación entre estos dos fenómenos.

Las especies pueden responder a las temperaturas crecientes que acompañan al cambio climático, desarrollando diferentes técnicas como la migración a un territorio con unas temperaturas más adecuadas, cambiar el calendario de su reproducción, y en algunos casos desarrollar modificaciones corporales.
Por todo ello, se especula con que este acortamiento de las alas de las mariposas podría ser justificado como un mecanismo de esta especie para hacer frente al cambio climático. Se ha comprobado que especies existentes en climas más fríos y latitudes más altas, presentan un tamaño mayor. Por ejemplo los alces de Suecia, cuyo tamaño aumenta a media que se encuentran más al Norte.
«El metabolismo aumenta con la temperatura», señala el autor principal del estudio Joseph Bowden, de la Universidad de Aarhus en Dinamarca. Cuando hace más calor, los organismos tienen que quemar más energía para obtener los alimentos que necesitan para crecer, desarrollarse y reproducirse.
Este es el caso de grupos como los insectos y las arañas, cuya fisiología esta determinada por el ambiente externo al que están expuestas. Adicionalmente, el aumento de temperaturas, originaría un alargamiento del periodo de crecimiento al tener más tiempo para obtener alimentos, si que esto supusiera un coste metabólico adicional.
El equipo de Bowden estudió dos especies de mariposas comunes a la zona Boloria chariclea y Colias hecla. Midieron los tamaños ala de miles de estas mariposas recolectadas semanalmente en trampas entre los años 1996 y 2013, comparando estos tamaños con las temperaturas existentes y el calendario de deshielo.Hacia el final de estudio se observó un aumento de las temperaturas y una anticipación de dos semanas del deshielo, a la vez que el tamaño de las alas de las mariposas se acortaba.
Este cambio morfológico a largo plazo puede suponer una reducción de la capacidad de las mariposas de dispersarse, restringiéndose el flujo génico, lo que puede significar que las futuras generaciones de insectos resultaran menos aptas y con menos capacidad reproductora y una supervivencia menor.
Fuente: Smithsonianmag.com Rfa: «Greenland’s Butterflies Are Shrinking as Temperatures Rise»
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