
SemOFUs, una plataforma estadounidense de defensa de los derechos de los consumidores de grandes corporaciones, ha puesto en el punto de mira los Cheetos. La razón de ello es la gran cantidad de aceite de palma que se emplea para su fabricación, dado que es muy barato. Por esta misma razón nos encontramos este producto de manera generalizada en la industria alimentaria, química, en la industria cosmética y en agrocombustibles de gran escala; según www.aceitedepalma.org el 50% de los productos de supermercado contienen aceite de palma.

La problemática reside no sólo en la utilización del aceite de palma en sí (obviando lo perjudicial que resulta para la salud dada su alta cantidad de grasas saturadas), sino en los modos de producción y manufacturación de este producto. Dado su alto rendimiento, su cultivo se concentra en inmensas plantaciones de monocultivo, el cual conlleva a la deforestación de las selvas tropicales, desaparición de especies protegidas y, por consiguiente, impactos negativos en los ecosistemas. Debido a las exigencias de las grandes multinacionales, hace disparar la demanda de aceite de palma, por lo que muchos bosques de Malasia y e Indonesia están siendo devastados a una velocidad alarmante.
Aparte de la insostenibilidad ambiental que engloba la producción de éste producto, no son menos los impactos sociales que causa en las comunidades locales. La deforestación y la pérdida de diversidad de los suelos obligan al desplazamiento de las comunidades indígenas, apropiación de tierras de pertenecientes a comunidades locales violaciones de los derechos de los trabajadores y trabajo infantil. En muchas comunidades rurales empobrecidas incentivan estas plantaciones de gran escala como reactivación de sus economías e identificándolo como desarrollo rural, pero la realidad es otra; muchas comunidades ven desaparecer su modo de vida tradicional en aras a los intereses y necesidades de las grandes corporaciones.
Como se recogió en la Carta abierta a la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible y a WWF (World Wildlife Fund), “los monocultivos de aceite de palma para la industria alimentaria, cosmética, química y de agrocumbustibles son una de las principales causas de la deforestación y por ende, del cambio climático, destruyen los medios de subsistencia y la soberanía alimentaria de millones de pequeños agricultores, pueblos indígenas y de otras comunidades , y contaminan los suelos, las aguas y la biodiversidad, agotan el agua dulce y los suelos. Los monocultivos de aceite de palma no son y no podrán nunca ser sostenibles”.
Fuente original: Que.es
¿Quieres comentarnos algo? Adelante!