
La idea de compensar emisiones de CO2 viene del Protocolo de Kioto, principalmente a través del mecanismo de desarrollo limpio (MDL).
El mecanismo de desarrollo limpio se basa en el siguiente principio: una persona inversora lleva un proyecto en un país receptor que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) —más allá de la reducción que hubiera sido alcanzada sin este proyecto— y obtiene a cambio créditos de emisiones. Esta herramienta postula que el mercado regulará la oferta y la demanda de emisiones y llevará a una reducción eficiente de CO2.
A pesar de la controversia de este modelo basado en la eficiencia del mercado, lo cierto es que cada vez se está expandiendo más la posibilidad de realizar compensaciones voluntarias para diversos grupos sociales como las ONG. Dado que a menudo la multiplicación de estos proyectos no se acompaña de la suficiente transparencia, y recordando que la contaminación a cambio de dinero no tiene que servir para legitimar las altas emisiones de GEI del Norte, se propone tener en cuenta ciertos criterios, tales como los siguientes:
- ¿Se puede invertir el dinero equivalente a mi compensación voluntaria directamente en proyectos de mitigación del cambio climático?
- ¿Qué tipo de proyectos se financian con las compensaciones?
- ¿El proyecto financiado ha sido posible gracias a los beneficios de las compensaciones voluntarias o se habría realizado de todas maneras?
- ¿En qué zona geográfica se lleva a cabo el proyecto (países empobrecidos o países emergentes)?
- ¿Qué parte monetaria de la compensación se utiliza para desarrollar el proyecto en el Sur y qué parte va a costes administrativos?
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