China genera el 26% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y hasta ahora, a excepción del periodo durante el que se celebraron las olimpiadas, no se habían tomado medidas firmes para disminuir estas emisiones.

Pero parece que finalmente y gracias a su participación en la COP21 que se celebrará este año en París, China ha presentado su compromiso para reducir sus emisiones, uniéndose así al resto de países participantes en la cumbre que ya han determinado sus objetivos de reducción de emisiones.
Desde el Gobierno chino se comprometen a alcanzar su máximo de emisiones en 2030 o incluso antes, debido a que su ritmo de crecimiento les impide reducirlas hasta entonces. Para ese mismo año el 20% de su energía tendrá origen renovables y se fomentará la reducción de la economía de carbono en un 60% o 65% con respecto al año 2005.
Esta nueva dirección que tomado el Gobierno chino, se encamina más hacia una economía verde donde el crecimiento económico no esté asociado a la economía del carbón. Esta nueva posición de China difiere mucho de la tomada en 1997 durante la cumbre climática de Kioto, donde los países no asumieron compromisos vinculantes en materia de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Tras el anuncio de China, un 60% de las emisiones de CO2 cuentan con compromisos de reducción por parte de los países que lo generan. Además en la COP21 ha quedado reflejado, por lo menos en estas sesiones previas, debe existir una exigencia en cuanto la reducción de emisiones diferenciada, es decir, que los países desarrollados deben asumir compromisos más altos de reducción ya que llevan más tiempo contaminando y por otro lado también se está fomentando la ayuda para reducir sus emisiones a los países en vías de desarrollo, para que estos puedan reducirlas sin que esto suponga una ralentización en su desarrollo económico.
Fuente : EP.
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