El Gobierno está estudiando, a petición de las principales organizaciones de caza, reservar áreas de monte público para dar prioridad a las actividades cinegéticas frente a otras como el senderismo, la recolección de setas, el ciclismo, etc.
La idea se plasmaría en la futura Ley de Montes, prohibiéndose la entrada en las zonas y días en los que se organicen monterías o batidas.
Los argumentos de los cazadores pasan por garantizar la seguridad de los usuarios del monte, criticando, además, que senderistas y demás usuarios pueden ir al monte todos los días, mientras que ellos únicamente lo hacen una o dos veces al año por zona.
Sin embargo, vetar el acceso libre al monte entraría en confrontación con el derecho a la libre circulación y con el artículo 45 de la Constitución “Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado”. Para los detractores, con estas medidas lo que se pretende es eludir su responsabilidad en caso de accidente.

Prohibición vs Ordenación
Desde la Oficina Nacional de la Caza se prefiere hablar de “ordenación” en lugar de prohibición. Para garantizar la seguridad, cuando haya una montería o una batida se trataría de evitar la entrada.
Varias asociaciones de micología y ciclismo también se han pronunciado al respecto. Indican claramente que compartir el monte con los cazadores supone un peligro, pero que “los que usan escopetas, los que generan ese peligro, son ellos, no nosotros” (Manuel Vera, Asociación Micológica Granadina). Y fijan el punto en la diferencia que hay entre comunicar que hay una cacería y prohibir el acceso al monte. Desde la Real Federación Española de Ciclismo consideran que dar prioridad a un colectivo significa “hacer un uso privativo de algo que usamos todos”.
Fuente: El País
Fotografía: Pacma
Yo les compraría la munición también y les pagaríamos el almuerzo para el buen ánimo de su colesterol…