La incorporación a su dieta de insectos o arañas por parte de las plantas carnívoras suele producirse cuando los nutrientes del suelo escasean, ya que el coste energético que supone la captura de una presa, hace que esta técnica alimenticia se limite a cuando se dan este tipo de condiciones. Un estudio publicado el 21 de enero en Current Biology y en el que participa el CNB-CSIC desvela que, para tomar esta decisión, la planta utiliza los números.

La planta seleccionada para realizar dicho estudio ha sido la Dionaea muscipula o venus atrapamoscas, una planta carnívora que para detectar a sus presas, posee unos sensores en la superficies de las hojas de captura. Esta especie, según los autores del estudio es capaz de contar cuantas veces estos pelos han sido tocados por el insecto para decidir si merece la pena atraparlo y digerirlo. El primer contacto con los sensores sirve para activar a la planta que no cierra la tapa por si se trata de una falsa alarma, pero si posteriormente sigue notando contacto en estos sensores, entonces procede al cierre del mismo, capturando a su presa.
Será entonces cuando la presa quiera escapar, presionando más veces estos sensores con lo que la plana activará la producción de jasmonato, una hormona que producen gran cantidad de plantas como respuesta al tacto y que estimula la producción de enzimas que la ayudan a digerir a su presa. Cuantos más contactos más encimas se produce y la planta puede digerir a su presa, siendo compensado el coste energético que supone todo este proceso.
Fuente : Centro Nacional de Biotecnología. Jennifer Böhm, Sönke Scherzer, Elzbieta Krol, Ines Kreuzer, Katharina von Meyer, Christian Lorey, Thomas D. Mueller, Lana Shabala, Isabel Monte, Roberto Solano, Khaled A.S. Al-Rasheid, Heinz Rennenberg, Sergey Shabala, Erwin Neher, Rainer Hedrich. “The Venus Flytrap Dionaea muscipula Counts Prey-Induced Action Potentials to Induce Sodium Uptake”. Current Biology (2016), https://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2015.11.057
¿Quieres comentarnos algo? Adelante!