El Reino de Bután está ubicado en la cordillera del Himalaya, en Asia. Con 750.000 habitantes y el 72% de su superficie cubierto de vegetación, es uno de los Estados del mundo que no contamina.

En el contexto de un mundo industrializado, resulta extraño escuchar que hoy en día exista un país que no contamina. Si bien Bután limita con países con millones de personas y mucha polución como India y China, la respuesta del por qué Bután no contamina está en sus emisiones de CO2 y en su masa forestal: emite 1,5 millones de toneladas de CO2 al año, pero sus árboles absorben 6 millones de toneladas de CO2 anualmente. El Vaticano es el otro Estado del mundo que no contamina, aunque con características diferentes.
A partir de la década de los 70’s Bután comenzó a ser visitado por turistas, puesto que hasta ese momento no tenía la apertura ni la infraestructura con la que cuenta hoy, como carreteras y moneda. A pesar de recibir numerosos viajeros, el acceso está limitado a 20.000 personas al año, además se debe pagar 200 dólares al día por la estancia.
Los bosques de Bután: beneficios para el mundo
Dado que gran parte de su superficie está ocupada por vegetación, no sólo neutraliza sus propias emisiones contaminantes sino que sus bosques ayudan a absorber el dióxido de carbono, atenuando los efectos del cambio climático. Además, abastece de agua a un quinto de la población mundial.
Bután se encuentra en uno de los 10 lugares más biodiversos del mundo y tiene el porcentaje más alto de tierras protegidas en Asia, con más de un 51%, según informa World Wildlife Foundation (WWF). Es hábitat de animales en peligro de extinción como el tigre de Bengala, elefantes y el leopardo de las nieves de las nieves.
El budismo determina en gran parte el carácter de la población, ya que hace hincapié en el vínculo con la naturaleza, en la protección del medio ambiente y sus especies. Se han impulsado varias acciones voluntarias acorde a esta visión: En junio del 2015 cien voluntarios plantaron más de 49.000 árboles en menos de una hora. Siguiendo la tradición que simboliza el germen de la vida, a principios de marzo se plantaron 108.000 árboles, entre las familias de Bután y voluntarios, para celebrar el nacimiento del heredero a la Corona, el hijo del Rey Dragón Jigme Khesar Namgyal Wangchuck. El indicador de desarrollo está medido por un índice de Felicidad Nacional Bruta en lugar de crecimiento económico.
Sin embargo, los recursos naturales de Bután parecen estar más amenazados hoy que nunca: La rápida modernización y las nuevas industrias, entre otros hacen peligrar este ecosistema de alto valor ambiental. Por otro lado, el Gobierno se ha propuesto potenciar las energías renovables para reducir la dependencia de energía hidroeléctrica y sus importaciones de electricidad, explorando nuevas fuentes como el viento, la biomasa y el sol.

Fuentes: El Mundo y WWF.
hola queria saber si butan es aliado de ucrania o rusia