Las aves carroñeras se encuentran entre los vertebrados más amenazados a nivel mundial. La alimentación suplementaria – dar de comer a los animales en muladares – se ha propuesto como una medida de conservación muy extendida a nivel global. Sin embargo, es una propuesta de doble filo: aunque es útil para paliar efectos negativos de distorsiona el comportamiento de las aves.

Aves carroñeras y muladares: análisis y aplicación en España
Un análisis liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) señala que, aunque este tipo de alimentación sirve para atenuar efectos adversos de venenos y tóxicos, la comida que se les brinda son en puntos predecibles, lo que resulta en grandes concentraciones de aves carroñeras que distorsiona sus hábitos en sus ambientes naturales. Como explica Ainara Cortés-Avizanda, investigadora del CSIC en la Estación Biológica de Doñana “Las poblaciones de aves carroñeras han sufrido un grave declive en los últimas décadas, lo que las ha llevado a estar catalogadas entre los vertebrados más amenazados del planeta y ser un paradigma de la actual ‘crisis de biodiversidad’… Dar de comer de manera abundante en restaurantes para buitres (o muladares) se ha considerado tradicionalmente una medida clave para frenar el desplome de las poblaciones de aves carroñeras”.
En España, por ejemplo, los proyectos con muladares sociales son desarrollados actualmente por AMUS (Acción por el Mundo Salvaje) y apoyados por la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Agronomía y Ambiente (MAGRAMA) con objetivos como la recuperación de usos tradicionales de gestión de los recursos ganaderos, sentar las bases para conseguir en un futuro la reproducción del buitre negro (desaparecido en los ‘60s por presiones forestales y veneno en la zona), reproducción del milano real e incrementar las parejas reproductores de alimoche. Además, estos proyectos con aves carroñeras pretenden la conectividad entre las poblaciones de buitres negros andaluces y de la sierra de San Pedro en Extremadura, favoreciendo la variabilidad genética.

Los autores de la revisión, publicada en la revista Frontiers in Ecology and the Environment, ofrecen una visión amplia basada en el conocimiento científico acerca del papel de la alimentación suplementaria en muladares: sus pros, contras y las controversias surgidas. “Hemos revisado aquellos programas de conservación o reintroducción en los que la alimentación suplementaria ha resultado una herramienta efectiva para paliar efectos de venenos, tóxicos como el diclofenaco en diferentes áreas del planeta”, indica Ainara Cortés-Avizanda, investigadora que participó del estudio. “Por otro lado, también hemos puesto de manifiesto que la agregación de muchos individuos de varias especies en unos pocos puntos predecibles puede tener consecuencias negativas a nivel del individuo, población y comunidad”, añade.
Además, se examinan futuros escenarios para las aves carroñeras en relación con los servicios ecosistémicos, con los cambios a largo plazo en las economías y usos del suelo y con el papel que la alimentación suplementaria puede jugar en los futuros escenarios.
Fuentes: CSIC y AMUS
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