No resulta extraño que el tema en torno al cual giró el Día Mundial del Agua del 2014 fuera el de agua y energía. Este binomio, en la sociedad actual, va cada vez más unido, e incluso se podría decir que se le podrían asociar muchos otros “hijos” a este matrimonio, como la alimentación, la economía, el cambio climático o la sanidad.

Según numerosos informes internacionales, el agua y su gestión se encuentra entre los principales riesgos y preocupaciones de cara al futuro, en este habrá que alimentar a más de 9.000 millones de personas que cada vez demandarán más carne y utilizar más energía para diversos fines.
Aspectos clave relacionados con el agua
- Como ya sabemos, el agua está desigualmente distribuida en el planeta, y aún hoy en día hay más de 800 millones de personas sin acceso a agua Pero son aún más las personas sin acceso a un saneamiento adecuado. Más de 2.000 millones!
- Tanto para depurar, como para desalinizar, bombear o depurar agua es necesaria la energía. Y hoy en día, aún hay 1.400 millones de personas sin acceso a electricidad. Y la demanda aumentará en un 50% aproximadamente en los próximos años.
- Para producir energía, el agua es necesaria, sea cual sea el método de producción. Aunque bien es cierto que algunos métodos son más eficientes que otros. La energía eólica por ejemplo, apenas consume agua, mientras que otras como la hidroeléctrica o la controvertida técnica del Fracking demandan grandes cantidades de agua.
- Muchas de las grandes cuencas hidrográficas mundiales, como la del Mekong, planean numerosas presas con objeto de asegurar el suministro de energía y la producción de alimentos, pero claro, alterar el curso del agua siempre tiene consecuencias que afectan de diferentes maneras.
- Una de las alternativas a los combustibles fósiles, los biocombustibles, entran en conflicto directo con la alimentación, al utilizar grandes cantidades de agua y terreno, y su producción altera el precio de los alimentos.
- Las sequías, inundaciones y fenómenos climáticos afectan a todo este equilibrio, cada vez más sensible al cambio climático, como se ha visto en algunas ocasiones como en las sequías del 2011 en China, afectando al acceso al agua, a la producción de energía y al precio de los alimentos.
Es necesario reflexionar sobre estos hechos, y establecer un diálogo mundial que sobrepase fronteras, ya que todos sabemos que a nivel local podemos y debemos actuar, pero la diferencia no se notará si no se toman grandes decisiones a nivel global.
Aunque no se debe caer en el pesimismo, ya que hay numerosas iniciativas esperanzadoras que marcan el camino a seguir. Existen países sin agua que buscan un desarrollo sostenible basado en las energías limpias, o multimillonarios que invierten en técnicas para extraer agua de los deshechos humanos, por poner algunos ejemplos.

Fuente: http://computerhoy.com
Metodologías como las del cálculo de huella de carbono o huella hídrica están tendiendo cada vez más a un enfoque multidisciplinar, en el que los factores socioeconómicos tienen cada vez más peso, porque no puede ser de otra manera. La experiencia y aplicaciones prácticas de la Huella Hídrica han ido evolucionando en esa dirección. Todo está interrelacionado y el agua está presente en toda la cadena.
Por eso no debemos quedarnos en los impactos del agua sobre el medio ambiente, sino sobre todos los agentes a los que afecta, que no son pocos.
Por ello es necesario tomar decisiones integradoras. No sólo tomar decisiones relativas al agua por un lado, al medio ambiente por otro, a la energía por otro, a la alimentación por otro… Las decisiones y las políticas deberán tender a la integración y tomar un enfoque multidisciplinar. Y el punto de partida en todas ellas es el agua.

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