Los gobiernos locales pueden realizar una buena planificación urbana con criterios ambientales, para con ello contribuir sostenibilidad de los pueblos y ciudades. Te contamos 10 razones que se pueden argumentar en favor de una planificación urbana sostenible.
1-Establecer un encuadre para el crecimiento
Tener un encuadre no significa la centralización del control por parte de las autoridades de gobierno. Se trata más bien de contar con un modo de coordinar los esfuerzos, anticipando las necesidades y estableciendo un rumbo a partir de acciones colectivas. Cuando se ha partido de un marco previo, el éxito en habitabilidad, equidad y crecimiento es garantizado. Así se demostró en las ciudades que actuaron de este modo. Se requiere una planificación constructiva, ya que la espontaneidad no proporciona los mismos resultados.
2-Si hay planificación, hay preparación
Para anticiparse a los desafíos, los líderes de la ciudad deben estar atentos a las oportunidades y los riesgos. Si se cuenta con información fiable sobre donde se está parado, es posible estrechar los vínculos entre las prevenciones a largo plazo y las acciones a corto plazo. Las ciudades que no planifican para el futuro, quedarán rezagadas.
3-La planificación aumenta el impacto
Si los gobiernos locales desean tener una gestión de éxito en relación con el espacio urbano se requiere una perspectiva de largo alcance. Se deben planificar y gestionar los proyectos preferentes en el marco de una visión con miras al futuro.
Donde hay una buena planificación, se alinean las prioridades con los recursos disponibles y se logra que no haya proyectos redundantes o que vayan en direcciones contrarias.
4-El modelo urbano apropiado es fundamental
Hay 4 temas que son los de mayor importancia para los habitantes de las ciudades:
- Vivienda
- Empleo
- Accesibilidad
- Seguridad
La calidad de vida a un precio justo exige que haya políticas apropiadas para el uso del suelo, la densidad, el espacio público y el diseño de infraestructuras y servicios.
Un diseño que esté de acuerdo con los requerimientos de los ciudadanos, provee el medio para ofrecer una mejor ciudad.

Fuente: http://www.planur-e.es
5-Una buena planificación urbana favorece una buena economía urbana
Una prioridad para los gobernantes locales es asegurarse de que haya una buena oferta de puestos de empleo. Una correcta planificación coordina la localización y distribución del espacio con las actividades económicas.
6-Un buen marco de participación colectiva favorece las relaciones duraderas
Si se elabora un marco de participación colectiva adecuado, éste sirve como hoja de ruta para llegar a la ciudadanía. Además. al propiciar la participación de los distintos actores sociales, los moviliza para que construyan y persigan una misma visión. Fortalece la unidad entre los conciudadanos.
7-Es posible alcanzar una economía de escala al ampliar la perspectiva territorial
Este punto desarrolla la relación entre la ciudad y su entorno regional. Si en lugar de pensar solo en términos locales la visión se extiende al trabajo conjunto con otras ciudades de la región, es posible aprovechar las ventajas competitivas. Éste beneficio se obtiene cuando se opera a través de una coordinación entre los municipios.
Además de las ventajas en relación con el espacio, expandiendo la mirada se fomentan las economías de escala. De esta forma se incrementa el poder de negociación de los líderes locales a favor de sus ciudades.
8-La credibilidad se basa en la continuidad
Aunque cambien los ciclos políticos, las ciudades de éxito basan sus estrategias en planificaciones sobre hojas de ruta estables. Basándose en condiciones predecibles es posible atraer mayores y mejores inversionistas. La ordenación territorial reduce la incertidumbre, por lo que se facilita la construcción de oportunidades transparentes para el compromiso ciudadano.
9-Anticipar es más efectivo que reaccionar
Las ciudades que planifican a escala, se apartan del laissez faire. Al anticiparse a los acontecimientos en lugar de reaccionar, conocen y pueden enfrentar la raíz de los problemas.
Cuando el espacio urbano no se planifica, los costos son mayores y el uso de los recursos es ineficiente. Tomar decisiones equivocadas o no tomarlas, podría acarrear equivocaciones irreversibles.
10-Acción y comunicación eficaz y coherente
La comunicación es un elemento clave en las políticas públicas. La oportunidad de conectarse y mostrar las virtudes de una ciudad se ve debilitada si los mensajes son contradictorios y confusos.
El apoyo de la ciudadanía y el impulso a los proyectos se ve fortalecido cuando el líder local demuestra con eficacia que sustancialmente se está trabajando dentro de los lineamientos planteados. Siempre dentro del marco de acción y la visión colectiva previstos.
Concluyendo, éstos principios pueden parecer solo generalidades. Sin embargo, son los principales lineamientos para una planificación urbana sostenible y no todas las ciudades los están implementando. Se apunta a la difusión de los mismos entre los líderes, ciudadanos y especialistas en planificación espacial.
Hoy más que nunca, con los cambios imprevistos en términos de fenómenos meteorológicos, economías fluctuantes, mercado laboral, migraciones y las demás variables que hacen a la vida en común, se requiere que las ciudades planifiquen su espacio urbano de manera sostenible.
Fuente: Plataforma urbana
Pareciera que los 10 puntos son muy románticos o hasta utópicos. Pero es la idea de fondo de las ciudades. El tema es que deben estar apoyadas de las normas urbanas, territoriales, locales y nacionales. Si no hay una interrelación entre ellas nuestras ciudades seguirán siendo un caos que solo beneficia al capital y no a los derechos humanos.
Opino en contrario, los diez puntos mencionados no solo son plausibles, sino que además se cimentan en la normativa y su jerarquía, ya existentes. Es, de acuerdo a la constitución que lo refrenda y la propia Ley Orgánica de Municipalidades que lo determina, que los gobiernos locales tienen como atribución exclusiva el normar, determinar y variar, en la medida de lo necesario, todo lo que a desarrollo y planificación urbana corresponde, Hay, es cierto, un entredicho no convenientemente zanjado, que es la intromisión de las normas ministeriales que van contra dicha autonomía, pero que no se deben aceptar porque las normas emitidas por el ministerio de vivienda, por ejemplo, que alteran y se contraponen a las de las municipalidades provinciales, se promulgan como decretos supremos y cabe mencionar que estos se encuentran en la jerarquía de normas peruanas, en el sétimo nivel y la LOM, se encuentra, en el segundo nivel, solo por debajo de la Constitución. Lo que se señala en el punto cuatro, no es más que el uso de herramientas de desarrollo urbano que exigen la aplicación de nuevas y variables centralidades; lo del punto siete, por otro lado, es hacer uso de la Ley de Mancomunidades que está vigente pero que casi nadie conoce. El punto diez, finalmente, se refiere al cumplimiento de la Ley de Transparencia. Es decir, todos estos puntos deberían cumplirse porque es lo correcto y porque las normas existentes así lo requieren, pero no se aplican por falta de capacidad en la gestión, además de una mezcla de desconocimiento e intereses creados.